La ceniza afecta a los sembríos y también a la salud de los humanos y animales

La ceniza del volcán Sangay llegó hasta el cantón Alausí, en la provincia de Chimborazo,. Foto: Cortesía

Las personas relativamente sanas podrían sufrir afectaciones en las vías respiratorias, mientras que los hombres o mujeres con enfermedades pulmonares crónicas -como una bronquitis- podrían registrar serias dificultades para respirar tras la caída de ceniza del volcán Sangay.
Para evitar aquello, Mariano Granja, docente de la Facultad de Medicina de la UDLA, recomienda potencializar el uso de la mascarilla.
También es importante el uso de gafas y de gorra. Con el primer recurso evitará que la ceniza ingrese en la mucosa ocular y rasgue la córnea, por ejemplo. Eso podría ocurrir luego de intentar sacar las partículas con las manos –al refregar-.
En caso de que la ceniza ingrese en los ojos recuerde que basta con lavarlos con abundante agua potable. Antes, es importante desinfectar las manos.
Cuando las partículas están sobre el cabello, en cambio, se recomienda cepillarlo varias veces antes de lavarlo. Así evitará que se fije al cuero cabelludo y lo lastime.
Este experto explica que los daños en la piel suelen ser mínimos, pero que todo dependerá del grado de susceptibilidad de cada individuo y del grado exposición.
Afectaciones en los animales
Los animales que se alimentan con pasto siempre serán los más afectados en estos casos. Por ello es importante limpiar la hierba y verificar que esté en buenas condiciones como para dársela a las vacas, caballos u ovejas. Caso contrario, explica Santiago Prado, director de la Clínica Veterinaria UDLA, los dueños tendrán que recurrir a alternativas más saludables, aunque puedan resultar más costosas.
Los animales son muy inteligentes, pero cuando llegan a consumir producto contaminado pueden registrar problemas gastrointestinales o incluso úlceras. Cuando lo comen, explica el especialista, se produce una pasta dentro de su organismo por el contacto con los jugos gástricos.
Tras la caída de ceniza, los animales también pueden experimentar afectaciones en mucosas orales, nasales y oculares. Hay especies que también registran alteraciones en la piel.
Para reducir el riesgo de lesiones, Prado recomienda, en el caso de los perros, ingresarlos a la vivienda o a un lugar fuera de peligro.
Luego, se sugiere cepillarlos hasta retirar todo el exceso de ceniza. Este paso es importante y se lo realiza antes de bañarlos.
Las mascotas necesitarán de la asistencia de un veterinario cuando empiecen a toser o a estornudar con cierta frecuencia. Cuando se les forme un halo blanco alrededor de la nariz, es signo de resequedad de las vías respiratorias.
Los sembríos se pueden recuperar
Los dueños de los terrenos baldíos o de los que se preparaban para una nueva siembra podrán utilizar la ceniza que arrojó el volcán Sangay como abono, pues, según la microbióloga Judith Romero, ese material está cargado de macro y micronutrientes.
Sin embargo, apunta que una vez que ha emergido una planta del suelo, cualquier cantidad de ceniza resultará perjudicial.
Ese material, explica, impide el proceso de fotosíntesis, afectando el correcto desarrollo de la planta y la producción.
Con ella coincide Wilson Vásquez, ingeniero agrónomo y docente investigador de la Universidad de las Américas, y añade que el daño es mayor cuando las especies están en proceso de floración. Ese puede ser el caso del maíz, por ejemplo.
En el caso de los vegetales, el peso de la ceniza tiende a aplastar las hojas, también afectando su crecimiento y producción.
Se pueden recuperar los sembríos recurriendo a un sistema de riego por aspersión –durante varias horas- o, cuando son más pequeños, limpiándolos con pequeñas escobas. En este último caso está prohibido intentar retirar el material con agua, ya que podría adherirse con más fuerza a la planta. La limpieza con agua funciona cuando se cuenta con un buen sistema de riego.