El objetivo del equipo era saber si se podía crear un “circuito asesino genético” para controlar una población de bacterias. Foto referencial: Wikicommons
Una nueva técnica de biología sintética permite manipular genéticamente bacterias que, probadas en ratones, son capaces de liberar medicamentos contra el cáncer a la vez que se controla, a lo largo del tiempo, el tamaño de la colonia de esos microorganismos, según un estudio que publica este miércoles 20 de julio de 2016 la revista Nature.
Investigadores de la Universidad estadounidense de San Diego y del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han presentado esta nueva estrategia para usar biología sintética con fines terapéuticos.
El profesor Jeff Hasty de la Universidad de San Diego y su equipo manipularon un bacteria para producir medicamentos contra el cáncer y luego autodestruirse liberando el fármaco en el lugar donde se encuentran los tumores.
Una vez puesta a punto, la tecnología fue enviada a los científicos del MIT para probarla en un modelo animal de ratones con metástasis colorrectal. Aún es necesario trabajo adicional antes de que una bacteria pueda emplearse como una terapia efectiva contra el cáncer, según un comunicado de la universidad, y los investigadores indicaron que con este nuevo enfoque aún no se ha curado a ningún ratón, pero puede suponer un aumento del 50 % en la esperanza de vida del roedor, aunque es difícil anticipar cómo se podría traducir en personas.
Este estudio, culminación de cuatro anteriores de la Universidad de San Diego, ofrece un enfoque terapéutico que minimiza el daño a las células circundantes del tumor, señaló Hassty.
El objetivo del equipo era saber si se podía crear un “circuito asesino genético” para controlar una población de bacterias, minimizando así su crecimiento a la vez que suministraban una carga importante de medicamento en el lugar donde se localizaba el tumor.
Hasty empleó un enfoque de la biología sintética para manipular un circuito genético -grupos de genes que inciden los unos en otros- que controla la liberación de medicamentos en una bacteria de la cepa de la salmonella y que tiene como objetivo un tumor.
Los investigadores sincronizaron las bacterias para liberar cargas de medicamentos para el cáncer cuando la colonia de estos microorganismos se autodestruía en las cercanía de un tumor.
El uso de las bacterias in vivo “es tentador porque la quimioterapia convencional no siempre llega a la regiones internas del tumor, pero las bacterias pueden colonizarlas”, explica la nota.
Así, los investigadores observaron que la combinación de quimioterapia y esta nueva técnica reducía de manera constante el tamaño del tumor. “El nuevo trabajo de Jeff Hasty y su equipo es una brillante demostración de cómo la teoría en la biología sintética puede llevar a avances clínicos significativos”, aseguró el profesor del MIT Jim Collins, considerado uno de los fundadores del campo de la biología sintética.
Durante una década, en los primeros años de esta disciplina científica Hasty desarrolló una cuadro teórico para sincronizar los procesos celulares en una comunidad de células, y ahora -agregó Collins- su equipo ha demostrado experimentalmente cómo se pueden aprovechar esos efectos para crear un nuevo enfoque terapéutico clínicamente viable.
Los autores del estudio proponen que este nuevo enfoque puede ayudar a usar las herramientas de la biología sintética para aprovecharse de la tendencia de ciertas bacterias a colonizar los lugares del cuerpo afectados por una enfermedad.