Sapo arlequín vuelve a la luz luego de 30 años

Este sapo es una de las 25 especies Atelopus, afectadas por el hongo quítrido. Foto: Cortesía José Vieira/Tropical Herping

Este sapo es una de las 25 especies Atelopus, afectadas por el hongo quítrido. Foto: Cortesía José Vieira/Tropical Herping

Este sapo es una de las 25 especies Atelopus, afectadas por el hongo quítrido. Foto: Cortesía José Vieira/Tropical Herping

Un sapo pequeño de un color verde limón, con puntos blancos y una raya color rojiza al costado, posaba quieto en una hoja junto al sendero aquella noche del 11 de agosto del 2019. Esa escena llenó de emoción a quienes lo observaban porque se trataba del redescubrimiento del legendario sapo arlequín de Mindo, Atelopus mindoensis, que se creía extinto por no haber sido visto desde 1989.

César Barrio, herpetólogo, Melissa Costales, bióloga conservacionista y fotógrafa ecuatoriana, y Eric Osterman, guía de anfibios y reptiles residente en Mindo, decidieron recorrer el sitio en busca de ranas. El objetivo de esa noche era documentar una rana de lluvia particular en el lugar: la Pristimantis appendiculatus, cuenta Costales.

“Cuando llegamos habíamos visto al menos una docena de estas ranas de lluvia”, recuerda. Pero luego esa excursión se convirtió en un milagro. César Barrio fue el primero en ver al pequeño sapo que destacaba por una coloración diferente. Después, los tres lo identificaron simultáneamente: “era el Atelopus mindoensis, ¡no podíamos creerlo, la emoción era indescriptible!”, añade la bióloga. Era la primera vez que exploraban ese sitio, una propiedad privada ubicada dentro del bosque nublado, al noroccidente de Quito.

Los Atelopus son conocidos debido a sus extinciones masivas causadas por un hongo patógeno (Batrachochytrium dendrobatidis). Este es considerado el peor en términos de impacto en la biodiversidad, lo que ha llevado a la extinción de más de 200 especies de anfibios, siendo los Atelopus los que han sufrido la mayor declinación en su población.

Un macho adulto de Atelopus mindoensis, el primero visto en tres décadas. Foto: Cortesía José Vieira Tropical Herping

Entre todos los sapos arlequines extintos (género Atelopus) en el país, el sapo arlequín de Mindo era el que tenía menos probabilidades de ser redescubierto debido a que los bosques nubosos en donde habita son muy visitados, lo que puede afectar a su ecosistema.

Después del encuentro de esa noche de verano, Costales junto con Barrio y Osterman decidieron contar de su hallazgo a Alejandro Arteaga y José Vieira, de la organización Tropical Herping. Entonces se hizo una segunda expedición y se recolectó a otro sapo. Los primeros dos fueron llevados al Centro Jambatu en Quito para detectar la presencia del hongo y afortunadamente no hubo signos de infección. Durante otras expediciones para establecer parámetros de población, Vieira encontró cinco individuos más, sumando un total de siete.

Lucas Bustamante, cofundador de Tropical Herping, señala que los anfibios son uno de los grupos de vertebrados más amenazados en el mundo. Tienen las mismas amenazas que otras especies como la deforestación, la contaminación ambiental, la pérdida de hábitat, pero estos tienen un problema más grave debido a que no cuentan con una protección en su piel, por donde respiran, por ello cualquier factor externo les afecta mucho más.

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