La rana toro amenaza a la fauna silvestre de Ecuador

Los machos pueden llegar a medir hasta 15 centímetros y las hembras hasta 20. Foto: cortesía Santiago Ron

La rana toro se ha convertido en una amenaza para la fauna del país. Considerada como una de las 100 especies invasoras más agresivas según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), este animal continúa estableciendo sus poblaciones en Ecuador.
Santiago Ron, curador de anfibios de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), estima que esta rana llegó al país desde la zona este de Estados Unidos en la década de 1980. En ese momento, empezaron a surgir los emprendimientos relacionados a la cría de estos animales para obtener sus ancas, que después eran ofrecidas en diferentes platillos.
Estos criaderos mantenían a las ranas en cautiverio, pero cuando empezó a bajar el precio internacional de sus ancas, muchos optaron por liberar a los animales en la naturaleza.
Ron explica que esta fue la raíz del problema. Aunque no hay información precisa sobre el momento en el que se formaron y se establecieron poblaciones, hay registros que demuestran que en el año 2000 estas ya estaban presentes en vida silvestre.
Actualmente, estos anfibios habitan principalmente en Zamora Chinchipe y se los puede encontrar con frecuencia en otras zonas de la Amazonía. Su existencia en el país representa una amenaza para las 624 especies de anfibios que se encuentran en este territorio, debido a su gran tamaño.
Los machos pueden medir hasta 15 centímetros, mientras que las hembras alcanzan los 20 centímetros. Estas ranas se alimentan de animales más pequeños. “Son depredadores voraces”, explica Ron. Pueden llegar a comer incluso ratones, insectos, serpientes y aves.
Otro factor que preocupa es su gran capacidad de reproducción. La rana toro es una especie originaria de zonas temperadas, donde se reproduce anualmente. En cada evento, las hembras pueden llegar a depositar hasta 20 000 huevos. Al tener un número tan alto de crías, sus poblaciones pueden crecer muy rápidamente.
Ron explica que los estudios realizados en Brasil, donde esta rana llegó en 1930, demuestran que en esta zona tiene una reproducción permanente durante todo el año, lo que complica aún más el problema. Debido a la ausencia de estaciones climáticas marcadas, la actividad reproductiva no se limita en invierno, como ocurre en otras zonas del planeta.
Incluso, explica el especialista, se están adaptando a las condiciones locales de cada país al que llegan como invasoras. En la actualidad este animal está presente en varias zonas del mundo, especialmente en Europa Occidental, otros países de América y en Asia.
Ron considera que este es un problema que no ha recibido la atención que merece en el país. Las personas conocen muy poco sobre la existencia de esta invasora y no se han tomado las medidas para detener el crecimiento de sus poblaciones. Aunque no es un peligro para los humanos, puede afectar a la fauna endémica.
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