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Personalidad de docentes se evaluará desde noviembre de 2017

Paulina Barahona, decana de Psicología de la PUCE, muestra las pruebas de reconocimiento de manchas.

Paulina Barahona, decana de Psicología de la PUCE, muestra las pruebas de reconocimiento de manchas.

Paulina Barahona, decana de Psicología de la PUCE, muestra las pruebas de reconocimiento de manchas. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Las pruebas psicométricas permiten identificar rasgos de personalidad. Por ejemplo, el grado de afabilidad o amabilidad en la atención y trato con otros. También miden la memoria o si alguien es introvertido o extrovertido.

Lo anota Paulina Barahona, psicóloga clínica y decana de esa Facultad en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE). Ella recalca que a través de esos exámenes estandarizados, que se usan en la selección de personal, es difícil adelantar si el aplicante puede cometer un delito.

De estas evaluaciones se ha empezado a debatir en el país, tras denuncias de abuso sexual y violación, cometidos por profesores contra alumnos.

A unos 81 000 docentes se les han aplicado las pruebas psicométricas, desde el 2013, según el Ministerio de Educación. Esto porque uno de los requisitos para ingresar al Magisterio es pasar por una evaluación psicométrica, incluida en el Quiero Ser Maestro, concurso de méritos y oposición, vigente desde el 2013. La prueba psicométrica “permite valorar la personalidad del aplicante, para identificar posibles conductas que puedan afectar su relación con el estudiante”.

Y eso es lo que piden representantes de los alumnos. Amparo Molina es vocera de los padres de víctimas del ‘caso Aampetra’, por las siglas de un colegio privado de Quito. Allí, en el 2010, 41 estudiantes fueron víctimas de abuso sexual por parte de un docente. Este 2017 por fin hubo una reparación simbólica, ya que se obligó al centro a exhibir una placa para recordar esa tragedia.

Esa madre exige que se cumpla el Acuerdo MINEDUC-2017-00055-A, suscrito por el ministro de Educación, Fander Falconí, el 23 de junio pasado.

En este se indica que las instituciones particulares o fiscomisionales, como parte del proceso de selección de profesores, deberán aplicar evaluaciones psicológicas. Y obliga a conformar comisiones con personal del centro y con padres de familia.

Sobre eso, Falconí respondió que el Ministerio está para defender los derechos de niños y jóvenes. Para eso “utilizaremos todos los instrumentos posibles”. Y reiteró que hasta finales de noviembre se ejecutará el proceso de evaluación de todos los docentes en ejercicio. En el país hay 159 803 profesores de planteles fiscales, fiscomisionales y municipales. Y 49 532, privados.

Falconí confirmó que se ha iniciado un proceso de análisis de la evaluación de personalidad, propuesta por el Ministerio, con varias universidades. Estas -comentó- han mostrado su interés por colaborar con su contingente técnico y académico para garantizar que ese proceso fortalezca al magisterio y dé validez y confiabilidad a la mencionada evaluación.

Para Barahona, decana de Psicología de la PUCE, lo ideal es aplicar una batería de pruebas de este tipo y no una sola. Para los concursos de jueces -apunta- se tomó la prueba estandarizada del Inventario Multifásico de Personalidad Minnesota (MMPI2). Pero considera que a la par debe ir una proyectiva. Lo que se busca es una persona que no tenga una psicosis. Además de la prueba de personalidad, recomienda una entrevista.

El trabajo debe ser integral, es decir, pruebas, entrevista, observación y análisis de la historia del postulante. Una prueba psicométrica no es como una fotografía, en la que se ve algo exacto, anota Barahona. Añade que depende del momento en que se toma.

En otros países, como Finlandia o Shanghái, los filtros no se implementan cuando alguien busca una plaza de trabajo en el magisterio sino un cupo para estudiar docencia.

En Shanghái sí se mide la calidad del profesor, con pruebas que valoran “la integridad profesional o valores”, no solo habilidades y capacidades. En eso participan colegas, estudiantes y padres de familia.

Desde el 2005 se aplican evaluaciones, que toman en cuenta iniciativas pedagógicas en el aula. Además, un plan para el año lectivo, que tres veces por período se revisa con el director del establecimiento.

En esos y otros países que van primeros en pruebas PISA, los profesores ganan bien y reciben extras por premios.