Las plantas dan paz y su cuidado baja el estrés

Teresa Armijos (derecha) y Pilar de García (izquierda) dan mantenimiento a las plantas que están en el Jardín Botánico, en el norte de Quito. Diego pallero y Eduardo terán /el comercio

El ingreso a su casa está flanqueado con helechos que cuelgan de las paredes. Al llegar a la sala, en cada esquina hay plantas ornamentales, dos de ellas son unas palmeras que casi llegan al techo de la vivienda. Es el hogar de María Gracia Bermeo, botánica de 42 años.
En su adolescencia mientras le ayudaba a su abuela a cuidar su jardín, entendió que estos seres vivos dan estética, pero también paz, absorben la electricidad, combaten la polución y disminuyen el ruido. Las palmeras, por ejemplo, absorben los gases nocivos, los procesan y los transforman en nutrientes.
Un estudio del Real Colegio Agrícola de Cirencester, Inglaterra, publicado en diciembre del 2013, indica que las plantas dan sensación de bienestar, reducen el estrés y aumentan la concentración de las personas cuando trabajan o estudian.
Para interiores, las especies adecuadas son la violeta africana, las orquídeas, la sábila y los helechos. Lo recomendable es colocar una planta por cada metro cuadrado de la casa.
Las ventajas aumentan si se dedica tiempo a cultivar y cuidar especies en jardines de la casa que requieren de especial atención, como el bonsái, que es considerado una práctica milenaria de la botánica japonesa. Se trata de plantar este tipo de árboles en una maceta reduciendo su tamaño y modelando un estilo para que pueda vivir hasta 500 años, como se registran casos en Japón.
Carolina Jijón, directora del Jardín Botánico de Quito, indica que para lograr "la magia de los árboles en miniatura" se necesita paciencia y sobre todo una buena guía. Para lograr la posición deseada, por ejemplo, se aplica la b; no es más que colocar un alambre un tercio más grande que el tamaño del tronco de forma ascendente. Se envuelve hasta llegar a las hojas, se mantiene por seis meses y así se logra la posición que se desee.
Este proceso tarda entre 15 y 30 minutos. En ese tiempo, Francisco Ruiz, un aficionado de la técnica japonesa, se relaja, conversa con el árbol, se toma un café… "en sí, me relajo", dice. Él al igual que Bermeo considera que el contacto con la naturaleza mediante la siembra de plantas en la casa y en la oficina ayudan a mitigar los efectos del estrés por los hijos y el trabajo.
En las oficinas, los científicos ingleses comprobaron que en una habitación donde hay plantas, la falta de atención de los trabajadores se reduce en un 70%; disminuye el estrés laboral en un 15% y el nivel de productividad aumenta 12%.
Además, nivelan la humedad y pureza del aire, ayudando a prevenir la tos y resequedad de las mucosas, garganta y piel.
Los cactus junto a las computadoras combaten las emisiones electrónicas de estos aparatos, que generalmente son los causantes de los dolores de cabeza en oficinas. En cambio las Rhipsalis, un tipo de planta colgante, produce un efecto armónico y estético.
Blanca García, gerenta de la empresa Ciudad Mitad del Mundo, tiene tres plantas (un cactus, una orquídea y una kentia) junto a su ordenador. Ella comenta que una vez por semana las limpia, las riega y les remueve la tierra. "Ese es mi momento de 'relax'".
Otro aporte que dan las plantas es terapéutico. Anabela Mier, terapista hortícola, utiliza la jardinería para que las destrezas manuales de los adultos mayores no pierdan vigencia.
Teresa Armijos, del Club de Jardinería de Quito, se reúne todos los jueves con otras 35 mujeres de todas las edades. Ellas comparten técnicas de siembra, cuidado y podado de todo tipo de plantas. Ahí también se dan talleres en los que se explica que, en promedio, una planta debe ser regada una vez por semana y fijarse todos los días si tiene hojas secas o si le han crecido hongos.
Para Pilar de García, otra integrante del taller, desde un niño a partir de los 6 años hasta un adulto mayor puede iniciarse en esta práctica. En los infantes crea responsabilidad y en los segundos, les permite estar activos y socializar con personas de su misma edad. El último jueves, ambas podaron unas plantas del Jardín Botánico.