Orientación con brújula y mapa

Estas aventuras se realizan en lugares cercanos y cuentan con la guía de expertos en navegación.

Un mapa y una brújula es lo que se necesita para ir en busca del ‘tesoro’ escondido en diferentes escenarios naturales del país. Esa joya puede ser un río, una quebrada o el árbol más frondoso de un perímetro, previamente delimitado.
Esas postales, emoción y mucha adrenalina ofrecen las salidas de Orientación Familiar, organizadas por diferentes clubes de la ciudad para despejar la mente, lejos de las aglomeraciones y de las cuatro paredes de la casa.
Uno de ellos es Easy Training y el fin de semana pasado, precisamente, sus entrenadores lideraron una aventura al aire libre con 10 familias, cumpliendo con todas las medidas de bioseguridad para evitar contagios por covid-19.
Niños y adultos llegaron hasta el Ilaló, ubicado a 30 minutos del centro-norte de Quito, para iniciar la navegación. Ascendieron por el lado de La Merced, hasta donde se llega con cualquier vehículo.
La entrenadora Belén Burneo cuenta que se trata de un curso básico e indispensable para aprender a ubicarse en cualquier lugar y evitar pérdidas como las que se producen con frecuencia en sitios como el Pululahua o Pasochoa.
Como se trata de una inducción rápida, seleccionaron el Ilaló, un lugar amplio, lleno de árboles y de calles sinuosas, situado en la cuenca del río San Pedro. También es posible hacerlo en puntos estratégicos como Nono, la Mitad del Mundo, Lumbisí o Lloa.
Para realizar esta actividad en el Guagua Pichincha, por ejemplo, es indispensable contar con un poco más de experiencia, apunta Édison Rivera, experto en navegación. Sin embargo, aclara que siempre es posible regresar al punto de inicio cuando se fija un punto de referencia desde el inicio del trayecto, y se cuenta con elementos básicos como una brújula, pues hay lugares en los que falla la señal y el GPS -en caso de llevar celular-
queda inhabilitado.
Las salidas familiares se cumplen dos veces al mes. Acuden entre dos y tres guías, ya que la experiencia está diseñada para que todas las familias se diviertan con cero riesgos. Ellos sienten que se pierden, pero están vigilados todo el tiempo de la actividad.
“Sabemos dónde está cada familia. No se dan cuenta que caminan en círculo mientras leen su mapa, pero eso, precisamente, forma parte de la aventura”, apunta Burneo.
Esta actividad empezó a las 08:30 y duró alrededor de tres horas, pero ese tiempo puede extenderse dependiendo de las condiciones climáticas. Por eso es indispensable que los participantes acudan con ropa cómoda, zapatos apropiados, un ‘lunch’ contundente y abundante líquido.
Estas actividades pueden replicarse en la noche, cuentan los expertos. Para eso se seleccionan espacios abiertos y bien explorados con anticipación por los guías. Agosto es el mes indicado, porque el cielo suele estar despejado y se pueden observar las estrellas.



