Las uñas ahora se llevan como accesorio de moda, así que algunas alternativas son usar apliques que simulen cristales, diamantes o perlas. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
La cantante española Rosalía lo dejó claro en el videoclip de la canción Aute Cuture: las uñas ahora son accesorios, como las joyas, pero que representan el poder femenino. Por ello, cada vez las uñas son más largas y afiladas y los diseños, más atrevidos.
Algunas de las tendencias actuales son los acabados espejo, efectos holográficos, diseños de mármol y ‘piercings’ en las uñas. Así lo da a conocer Cristina Núñez, fundadora de The Nail Bar. Esto se logra -explica- gracias a técnicas de alargamiento, como esculpidas con acrílico, fibra de vidrio, extensiones de gel suave, manicura japonesa, entre otros.
Parte de los cuidados, advierte Núñez, incluye no morder las uñas y no usarlas como herramienta para abrir o raspar cosas. Además, es necesario hacer un mantenimiento o retiro cada tres meses.
El gusto por dar color a las uñas viene de al menos hace 7 000 años. En esa época, las mujeres indias ya tinturaban las puntas de sus dedos con hena, una práctica que se mantiene hasta la actualidad.
Así como el vestuario y el maquillaje, las uñas también han sido usadas para simbolizar pertenencia social e identidad. Hasta hace poco, los diseños largos e intrincados estaban asociados a Latinoamérica, principalmente a mujeres relacionadas al hip hop, trap y reguetón, quienes reivindican su feminidad y fuerza, frente a la mariginalización, con el diseño llamativo de sus uñas.
La reguetonera puertorriqueña Ivy Queen, una de las pioneras del género, se dio a conocer por preferir las uñas larguísimas, propias de la diva que quería proyectar. En la década de los 2000, cuando Ivy Queen alcanzó la fama internacional, este tipo de manicura era aún poco usual, por lo que atraía todo tipo de críticas.
A través de estas culturas urbanas, la manicura extrema se fue filtrando a Europa, donde desde la época victoriana se ha preferido lo sobrio.
Unos 17 años más tarde, cuando la rapera estadounidense Cardi B apareció en la escena, el largo de sus uñas todavía llamaba la atención. Sin embargo, estrellas del pop, como la estadounidense Billie Eilish y la española Rosalía se fueron apropiando de este estilo y volviéndolo parte de una conversación más amplia.
Las cantantes mencionadas son algunas de las referencias para las clientas y las manicuristas. Núñez cita a Rihanna, Lana del Rey, la surcoreana CL y la agrupación Black Pink.