El museo cuenta con cédulas y textos sobre las obras. Foto: Marcelino Rossi/ EL COMERCIO.
En el Museo Camilo Egas, en las calles Venezuela y Esmeraldas del Centro Histórico, hay un cuadro en donde aparece una mujer de cabello rojo y piel verde. Otro detalle: su ojo derecho está cerrado y el izquierdo, abierto. A sus espaldas se observa otra mujer, que a primera vista da la impresión de ser ella, pintando.
El cuadro lleva por título ‘Dual’ y es parte de una serie de obras de Egas que están en la Colección Nacional, a cargo del Ministerio de Cultura y Patrimonio. Nunca se habían expuesto en este repositorio de la memoria y son parte de la nueva propuesta museológica y museográfica.
Para el nuevo guion se escogieron en total 46 obras, entre ellas pinturas al óleo, dibujos y grabados.
‘Dual’ está en la Sala 2, un espacio en donde se evidencian las primeras exploraciones que Egas hizo en el mundo de la abstracción. Antes, en la Sala 1, están una serie de cuadros de su etapa modernista e indigenista. Lo más icónico de este espacio se puede observar en las ‘Las Floristas’, un cuadro que pintó en 1916.
Para la reapertura de este museo también se realizaron cambios y arreglos en la estructura de la casa, que está abierta al público desde 1980. La inversión fue de USD 170 mil. Los recursos se reunieron a través de un crédito otorgado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Ivette Celi, subsecretaria de Memoria Social del Ministerio de Cultura, cuenta que, para la reapertura del museo, se decidió mostrar las distintas facetas pictóricas de Egas a través de un recorrido cronológico, que incluye su paso por el impresionismo, el expresionismo, el abstraccionismo, el abstracionismo cubista y el informalismo abstracto.
La idea de este cambió, sostiene, es que la gente que visita el museo conozca del trabajo de Egas, pero más allá de su etapa modernista.
En la Sala 2 también se incorporó un espacio donde se exhiben algunos ejemplares de Helice, la revista cultural que fundó en 1926 y en la que escribieron personajes como Gonzalo Escudero, Julio Endara y Jorge Reyes. En una de las paredes también se incluyó el manifiesto de este grupo que apostó por las vanguardias.
En las Salas 2, 3 y 4 también se exhibe una serie de cuadros que fueron pintados mientras Egas vivió en Nueva York, donde se vinculó con la New School for Social Research, primero como profesor y luego como director del Departamento de Arte. En esta institución pintó el mural Festival ecuatoriano, una de sus obras más emblemáticas.
En las salas 3 y 4, ubicadas en el segundo piso, hay varias obras que son parte de la etapa en la que trabajó la abstracción cubista y la informalista. Es una época en la que vuelve a hablar de los indígenas, pero a través de nuevos trazos y de una paleta de colores más cálidos.
Las obras con las que termina el recorrido datan de 1961, un año antes de que falleciera. Celi sostiene que este nuevo guión también permite mostrar al público que Egas fue un pintor activo y lúcido hasta antes de su muerte. Uno de los nuevos espacios de este museo es una sala de exposiciones temporales.
La muestra, que se exhibe actualmente en este lugar, lleva por título ‘Cuentos Pintados’ y reúne una selección de obras realizadas por estudiantes de los colegios Fernandez Madrid y Becquerel, inspiradas en cuentos de escritores como Julio Cortázar; también se abrió una sala de audiovisuales, en donde se realizarán conversatorios y charlas.