Fuerza y actitud, claves en la moda femenina

El vestuario de ahora acompaña los momentos importantes de la mujer. Fotos: Patricio Terán / EL COMERCIO

El vestuario de ahora acompaña los momentos importantes de la mujer. Fotos: Patricio Terán / EL COMERCIO

El vestuario de ahora acompaña los momentos importantes de la mujer. Fotos: Patricio Terán / EL COMERCIO

La televisión, la Internet y los medios han convertido a esta época de redes sociales en una en la que lo visual es cada vez más importante. El estilo comunica y es una carta de presentación, y también es una herramienta de comodidad y de seguridad.

El poder que se puede reflejar a través de la moda es un tema que desde inicios del siglo XX se ha ido democratizando, cuando gracias a Coco Chanel ya no se necesitaba ser de la realeza y usar vestidos de telas finas y formas impactantes para imponer presencia.

La diseñadora francesa le enseñó a sus contemporáneas que la elegancia estaba en el ingenio y que la comodidad de sus trajes tipo sastre permitirían que las mujeres desempeñen las actividades que se propongan.

Ha pasado un centenario desde que Coco Chanel llegó a cambiar la imagen delicada de la mujer y desde ese momento el poder de la moda es un concepto que se ha reinterpretado de innumerables formas.

En los ochenta, por ejemplo, una mujer en el mundo ejecutivo y político debía lucir fuerte y para ello recorría a chaquetas ‘oversized’ de hombreras grandes y de colores neutros.

En la última década, las mujeres en puestos de poder se han cuestionado si es que para imponer su presencia deben renunciar a su feminidad. La respuesta es no y ha habido un nuevo abrazar de lo femenino, de la mujer fatal y de la sensualidad.

La mujer actual quiere mostrar que su feminidad no la vuelve menos racional. Pero las mujeres con estilos no típicamente femeninos también tienen espacios y usar prendas consideradas masculinas no deja de ser aceptado.

Es el caso del uso de chaquetas de terno. La diseñadora de moda masculina Daniela Dávila cree que la moda va hacia lo unisex, así que los hombres y las mujeres deberían tomar las prendas que les ayuden a representarse, sin importar si la ropa es femenina o masculina.

El diseño local busca vestir a todas estas expresiones y una marca que sobresale por su fuerza femenina es la de Vanessa Graf. La diseñadora dice que le habría gustado vestir a Jacqueline Kennedy O. y que le gustaría vestir a la actual editora de Vogue, Anna Wintour.

El complemento son siempre los zapatos. La diseñadora Valeria Bazante prefiere para su día a día los ‘flats’, pero sabe que sus clientas prefieren tacones que les ayuden a sentirse guapas y a llevar pasos marcados.

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