Vicente Chato, autor de la obra, entregará su libro gratuitamente a las escuelas. Foto: Glenda Giacometti/ EL COMERCIO.
Las memorias del Levantamiento Indígena de 1990 se recogieron en un libro de 89 páginas. Vicente Chato, autor de la obra, relata cómo las comunidades y pueblos hasta ese año estuvieron invisibilizados, maltratados y abandonados por las autoridades de turno.
“Creían que no somos seres humanos con los mismos derechos y capacidades, por eso la sociedad nos minimizó y ese reclamo desbordó en el histórico levantamiento indígena que duró siete días”, relata Chato, líder indígena y uno de los fundadores del Movimiento Indígena de Tungurahua.
Afirma que eso ayudó a que recién en el 2008 se reconociera al Ecuador como un Estado intercultural y plurinacional en la Constitución, pero que a penas se cumple. Él opina que aún están pendientes los otros 15 puntos del Mandato por la Vida por los derechos y la dignidad. También hace una visión sobre el tema de autonomía y autodeterminación de los pueblos que constan en el convenio de la OIT y la Declaración de las Naciones Unidas.
El trabajo se denomina ‘El glorioso levantamiento indígena de Tungurahua junio de 1990’. El libro se presentó el 20 de marzo en el preámbulo de la celebración del Pawkar Raymi (Fiesta del Florecimiento) o del Nuevo Año Andino.
La obra será distribuida gratuitamente en las escuelas bilingües de las comunidades indígenas de la provincia. La idea es que los niños y adolescentes conozcan el cómo se dio este proceso que se inició como una necesidad de unidad entre todas las comunidades. “No buscábamos enfrentamientos, por lo que decidimos en la reunión de Pujilí, dada en junio del 1990, cerrar las carreteras y dejar de entregar los productos a la ciudad.
Con estas acciones queríamos que la gente reconozca que son valiosos”, menciona Chato.
Para el dirigente indígena, este es un documento testimonial del levantamiento indígena, puesto que muchos jóvenes piden documentos y pruebas de este importante suceso. “La obra recoge mis vivencias como parte del levantamiento, hay más actores que también deben escribir sus memorias”.
Chato cuenta que en 1992 comenzó a escribir su libros, es decir, en los años posteriores al levantamiento indígena y con material que guardaba en archivos. Pero por falta de recursos, no lo publicó. Ahora, con el auspicio de la Cooperativa Chibuleo, logró financiar el tiraje de 500 ejemplares.
Además, contó con el apoyo de varias instituciones como la Casa de la Cultura Núcleo de Tungurahua. Fernando Cerón, director de la CCE provincial, comenta que el libro de Chato sobre el proceso del levantamiento permitió que se reivindiquen sus derechos, así como acciones concretas que fueron garantizando las expresiones culturales. Esta acción también ayudó a las condiciones económicas de este país.