Tres haciendas para disfrutar de las tradiciones rurales
Hacienda La Danesa es un lugar de lujo y natural, en la vía a Bucay. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
El eje turístico de los cantones Naranjito, Bucay y El Triunfo tiene un catálogo.
Lejos del ruido de las urbes, la zona ofrece un tour por haciendas, con un entorno para disfrutar del agroturismo, deportes extremos, conocer las tradiciones rurales y compartir con su gente dedicada a la producción agropecuaria.
La Prefectura del Guayas incluyó a algunos de estos sitios en el libro ‘Haciendas Turísticas’. El visitante disfruta despertar con el canto de las aves, desayunar patacones con queso recién preparado, aprende a hacer chocolates o disfruta de cabalgatas por los campos, a caballo o en mulas.
En la vía Naranjito-Bucay están la Hacienda La Danesa y Pachakay Parque Agroturístico y, más adelante, en el límite de Bucay-El Triunfo, la Hostería D’Franco. Cada una es distinta. Las tres también pueden recorrerse como parte de la Ruta del Azúcar, denominada así por las plantaciones de caña de azúcar y moliendas.
Niels Olsen, gerente de La Danesa, señala que son lugares poco conocidos porque no están en las guías turísticas. En lugar de ser una debilidad, es una fortaleza. “Hay un turismo de lujo que paga por un sitio poco transitado y quiere una experiencia auténtica, conectarse con la gente local”.
La Danesa era una hacienda familiar de los Olsen-Peet, que abrió como un emprendimiento hace cinco años. Es ‘profundamente verde’, habitaciones con lujos discretos, arquitectura tradicional en madera y piedra vista y privacidad, en medio de la naturaleza.
Es tipo ‘logde’ y ofrece actividades, como experiencias con la cocina local y talleres de apicultura. También hace excursiones con operadores de tour y visitas a la hacienda La Victoria, donde se puede arrear ganado brahman y búfalos, y dar paseos a caballo.
Pachakay es un parque con un lago natural de 2 hectáreas. En el espejo de agua se reflejan los árboles nativos y las cabañas miradores que se levantan en la orilla. Tiene un muelle donde se embarcan los turistas para los paseos y el graznido de los gansos llama la atención. Además, hay paseos a caballo.
Uno de los atractivos es la granja de animales. Se aprende sobre las especies y costumbres locales. El visitante puede dar de comer a los pollos, chivos y vacas. También hay avistamiento de aves. Son recorridos guiados para observar más de 102 variedades en la zona.
El complejo es un negocio sostenible, donde se integra a los agricultores de la zona como principales proveedores de insumos y alimentos. Está ubicado en un sector agrícola y ganadero, con una producción de caña de azúcar, cacao, maracuyá, entre otros.
Desde el ‘lobby’ de la Hostería D’ Franco se escucha el sonido de las aves y se observa el imponente bosque nuboso. El avistamiento de aves que se ofrece a los visitantes es una de las ofertas más atractivas.
Tiene 42 habitaciones, repartidas en el interior de la casona y cabañas con mayor intimidad, entre los jardines y las áreas verdes.
La hostería se levantó sobre las ruinas de un trapiche que servía para hacer alcohol y panela de la caña de azúcar. Tiene deportes extremos en los ríos que rodean la hacienda.
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