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Las guitarras solo tienen la madera nacional

En Vogel se cuenta con maquinaria importada que facilita la producción. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

En Vogel se cuenta con maquinaria importada que facilita la producción. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

Talleres artesanales, como Jubal, elaboran de forma manual cada instrumento. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

La guitarra es uno de los instrumentos más populares en el mercado. Su universo comprende modelos de resonancia natural como la clásica y acústica, así como también aquellas potenciadas por un sistema eléctrico como son las electroclásicas, electroacústicas o eléctricas.

En el Ecuador se ha producido este instrumento desde hace algunas décadas, mayoritariamente, con el trabajo manual de un luthier. En este tipo de talleres se ha competido con el artesano local y con el producto extranjero, usualmente manufacturado industrialmente.

Maestros como Guacán o Chiliquinga coinciden en que sus guitarras tienen el valor, no el puesto por un negocio, sino el de una obra única. Productores locales como ellos emplean en guitarras ecuatorianas materiales locales e importados.

Además, aseguran que existen trabas para su labor antes que incentivos, como sería la salvaguardia aplicada a instrumentos importados. Olivo Chiliquinga, un defensor acérrimo de la calidad de la madera que consigue en Manabí, importa accesorios que no se producen en el país, como cuerdas, clavijeros y barnices. “A los artesanos nos sacan la cabeza por el peso. A uno le toca viajar para conseguir”, afirma.

Por otro lado, César Guacán ha tenido problemas hasta para conseguir madera local de calidad. Dice que hay pocas como cedro rojo, nogal, caoba, clavellín u olivo pero que tienen controles, impuestos y permisos que dificultan su llegada a los talleres. Por eso, pese a los aranceles que rigen sobre los productos de afuera, él prefiere importar la materia prima “para ser competitivo”.

En Vogel se cuenta con maquinaria importada que facilita la producción. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

En ambos casos, el precio se define obra a obra, y pueden ir desde los USD 1 200 en adelante, teniendo en cuenta la calidad y combinación de los materiales usados.

Así también existen nuevos talleres como el caso de CS Jubal. Su principal, Sergio Chuni, dice que sus precios no subirán pese a que también importa accesorios que como artesano le gravan impuestos. “Se pide un producto de EE.UU. valorado en USD 400, acá llega por los USD 600 en total. Casi cobran 20 o 30% más”, cuenta.

Él cree que aún falta mucho para que en el país se produzcan accesorios como cuerdas, puentes, micrófonos, ecualizadores o potenciómetros que compitan con el producto extranjero. Por tal razón, cree que la única forma en que el Estado puede ayudar al productor artesanal, es bajando los impuestos y facilitando préstamos para comprar maquinaria para producir en serie.

Fábrica

En el país existe una sola empresa de producción de guitarras y bajos. Vogel dio el paso de taller a fábrica hace 20 años. Su operación de producción difiere de la artesanal, pues tiene la maquinaria e inversión para elaborar más instrumentos en menor tiempo -aunque también trabajan por pedido-.

Como señala Lis de Gómez, jefa de Ventas, también combinan maderas ecuatorianas con materiales importados. No obstante, ven la salvaguardia a instrumentos importados como una medida beneficiosa.

“Al ser calificada como empresa, se traen partes y piezas que no gravan arancel. Veo el beneficio porque no voy a subir precios, pues no afecta a la producción de mis instrumentos”, argumenta la vocera.

De Gómez ve un panorama alentador en donde se consume lo local e incentiva la competencia que obliga a mejorar.