La guionista afirma que buscó reflejar una realidad entre la niñez actual. Foto: Asiminveniet
Tal como lo advierte el pantallazo introductorio en la plataforma Netflix, no se trata de una película infantil, aunque su argumento gira en torno a una niña de 11 años. Así que los adultos deberían estar muy pendientes de que funcionen los controles parentales para que los menores de 16 años no escojan en el catálogo ver ‘Guapis’ (‘Mignonnes’ su título original en francés, ‘Cuties’ en inglés) porque, definitivamente, no estamos hablando de un filme para aprender a bailar como el grupo de moda.
A lo mejor, la joven guionista y directora franco-senegalesa Maïmouna Doucouré terminará agradeciendo toda la campaña en contra de su película durante los últimos meses. Si bien el gigante del ‘streaming’ es muy celoso para dar a conocer cuántos usuarios ven el material audiovisual que ofrece, lo que pudo pasar como un ‘docu-filme’ entre cientos se convirtió en una de las grandes polémicas del cine mundial en este 2020 y trascendió ampliamente las salas del festival Sundance de este año, que lo premió.
Una menor que aún no ha entrado en la adolescencia, ejercitándose en pasos de ‘twerking’ (para los no entendidos: perreo, reguetón sexualmente explícito), no resulta precisamente cómodo, sobre todo si abundan los primeros planos de pantalones muy cortos e imitaciones de expresiones faciales que incitan a un contacto carnal. Pero los usuarios de redes sociales que ayudaron a convertir en tendencia los ‘hashtags’ (etiquetas) que invitaban a boicotear la película, y a la plataforma que la lleva a todo el mundo, como suele suceder, se han enfocado en un árbol y no en el bosque.
El pasado 7 de octubre, el diario El Universal de México se hacía eco de la noticia de un gran jurado en Tyler (Texas, EE.UU.) presentando cargos contra Netflix por “exhibición lasciva” de niños.
La protagonista pertenece a una familia musulmana de África, con situaciones propias de su entorno. Foto: Asiminveniet
En el sentido estricto de la palabra, Amy –protagonista de ‘Guapis’- y sus amigas pasan una buena cantidad de escenas con ropa y en actitudes sugerentes, pero en el contexto de un barrio francés de inmigrantes, con toda una realidad socioeconómica y religiosa detrás. A lo mejor investigadores sociales como el italiano Davide Cino podrían hacer una lectura respecto de si el filme es realmente un reflejo de lo que plantea en sus artículos académicos, de si vivimos en una sociedad “espectacularizada”, donde la fama y el deseo de visibilidad se vuelven una meta magnificada durante la infancia y la adolescencia. Pero no, acá todo es la polémica centrada en un tráiler y un afiche promocional.
58 años atrás, cuando Norteamérica recién empezaba a despertar a la revolución sexual de los 60, el estadounidense Stanley Kubrick desafió a la conservadora audiencia de su país al llevar a la pantalla grande ‘Lolita’, novela de Vladimir Nabokov sobre una pasión pedófila. Y más allá de la censura en las salas de cine y las comunidades cristianas, el escabroso argumento no llegó a las cortes.
En el 2018, la actriz Brooke Shields manifestó a la revista Vanity Fair que no siente ningún arrepentimiento por haber filmado ‘Pretty Baby’ (1978), con escandalosas escenas de una niña cuya virginidad fue subastada en un burdel. Es más, recordó cuando fue con su madre a un programa de televisión y los presentes reclamaban a gritos a su progenitora haberle permitido participar en el filme. A quienes la insultaban, Teri Shields les preguntaba “¿ya vieron la película?”, y respondieron “no, jamás iríamos a ver algo así”.
La protagonista pertenece a una familia musulmana de África, con situaciones propias de su entorno. Foto: Asiminveniet
Esto último, que parecería terreno de anécdotas, pudiera convertirse en un resumen de lo que ha sido el debate sobre la sexualización de los niños en el cine: algo que cuando ocurre es un escándalo, y su pertinencia queda en medio de la intencionalidad de un autor y los puntos de vista de todo quien tenga algo que decir, con fundamentos o no.
La crítica cinematográfica tiene mucho para analizar sobre ‘Guapis’ desde la técnica y la subjetividad artística. Pero a la luz de todo lo que se lee en la Web, los internautas seguirán compartiendo y retuiteando como cuando comentan un artículo en los medios sin haberlo leído. Las ‘Amys’ buscando identidad seguro están en todo lado, aunque no se hablará de ellas otra vez hasta que surja un nuevo ‘trending topic’.