En enero, Talía Falconí presentó ‘Frágil’ en Muégano. Desde 2010 desarrolla proyectos escénicos en México y Ecuador junto al compositor argentino Federico Valdez. Foto: Cortesía taliafalconi.weebly.com
¿Qué es la fragilidad?
Pienso que la fragilidad de la condición humana se manifiesta ante la presencia simbólica o física de la muerte, sin embargo considero que dentro de la fragilidad están presentes grandes componentes de fuerza y resistencia en su accionar.
¿Qué la diferencia de lo débil?
Un material se fractura cuando llega a su punto máximo de resistencia, no sufre deformaciones sino que se rompe. En cambio, la debilidad se refiere a la falta de fuerza o energía, por lo que sí existe una diferencia entre estos términos, pese a que en los dos casos puede existir vulnerabilidad.
¿Por qué evitamos mostrarnos frágiles?
Creo que vivimos en un mundo que está permanentemente evaluándonos bajo unos cánones estandarizados en relación al éxito y al fracaso, y eso incide en cómo mostramos y escondemos algunas de nuestras emociones. Muchas veces se toma como algo negativo, justamente como un signo de debilidad, mostrar nuestras fragilidades.
¿Esconder la fragilidad implica no reconocernos y aceptarnos del todo como somos?
Hay temor de aceptar que somos vulnerables, que podemos fracturarnos, rompernos física y emocionalmente, y tal vez por eso muchas veces tratamos de mantener una apariencia de normalidad entre comillas, de que todo está bien, cuando lo que sucede por dentro es otra cosa.
Así como se evita abrazar el dolor y se niega, también nos podemos vacunar contra los sentimientos positivos, ¿es el riesgo de una crisis como la actual?
Debemos superar el miedo de ver al otro como un posible enemigo de contagio. No creo que se deba plantear esta situación como una guerra, donde se reprime a quien no obedece, sino como un problema de salud, cuidado y respeto al otro. Siento que el contacto físico, el abrazo por ejemplo, con nuestros seres queridos, siempre será indispensable, además de que fortalece nuestro sistema inmunológico y también el afectivo.
¿Lo frágil es una oportunidad?
Los cambios son necesarios y muchas veces implican pérdidas. Cuando algo se rompe no queda igual, pero me quedo con la esperanza de que puede haber una segunda oportunidad y esperemos que esta sea mejor.
¿Cómo afecta la visión machista el concepto de la fragilidad?
Es cierto que todavía, lamentablemente, subsiste una visión machista de asociar la fragilidad a la mujer, pero es la mujer quien tiene la fortaleza de mostrar mejor su fragilidad.
¿A qué se refiere?
La sensación de fragilidad la tenemos todos, pero la mujer es capaz de mostrar y aceptar mejor un estado de vulnerabilidad, y eso lo leo como un signo de entereza.
¿En qué medida solo reconociendo nuestra fragilidad podemos alimentar fortalezas?
Reconocer nuestra fragilidad nos ayuda a comprender nuestros límites sin necesidad de fracturarnos. Creo que como individuos es importante tratar de desentrañar nuestro deseos más profundos, para que nuestros propósitos y metas en la vida sean verdaderamente esenciales.
¿Cómo se relaciona la fragilidad con el arte?
El arte explora y trata de profundizar en aspectos desconocidos y sensibles del ser humano, entre ellas la vulnerabilidad, y por ende necesario tener la posibilidad y la elección de ver, escuchar, sentir, oler, tocar desde enfoques y perspectivas distintas. Mi línea de trabajo en la danza parte de una exploración sustentada en una poética de movimiento, y desde ahí, se pueden decir cosas que las palabras no pueden enunciar.
¿Cómo relaciona su trabajo con la noción de la fragilidad?
En mi último trabajo, ‘Frágil’, tres mujeres a través de una poética del movimiento y del gesto se aproximan a cierta intimidad femenina, en el límite de la fractura. Surge una visión metafórica para hablar sobre la existencia humana desde una poética del movimiento, la fragilidad de la condición humana se expone y ha sido uno de los temas recurrentes que he tratado. La danza tiene un potencial no racional, impulsivo y me gusta la idea de proponer al público interpretar lo que ve y percibe, desde su propia subjetividad.
Talía Falconi
Nació en Quito, Ecuador. Coreógrafa y bailarina. Fundadora y co-directora del grupo Río Teatro Caribe de Venezuela (1995-2010) En el 2007 fue galardonada con el Premio Nacional de Danza de Venezuela. Hizo sus estudios en la Escuela de Martha Graham (New York), en la Escuela Nacional de Circo Annie Fratellini y la Escuela de Teatro de Movimiento Jaques Lecoq (París).