Festival de juegos ancestrales amazónicos

La lanza es un juego tradicional, en donde los participantes miden su fuerza. Foto: cortesía IKIAM

Los juegos ancestrales son tradiciones que se rescatan por generaciones. Son actividades mediante las cuales, las comunidades demuestran sus habilidades y destrezas.
Con motivo del quinto aniversario de la Universidad Regional Amazónica, Ikiam, este jueves 24 de octubre del 2019 se desarrollará la II Edición de Juegos Ancestrales.
Estas actividades, que prevalecen gracias a la cultura, buscan integrar conocimientos entre toda la diversidad que existe en dicha universidad.
“Los indígenas amazónicos del sector transmiten su conocimiento e historia de manera verbal, lo que permite tener un intercambio cultural, permitiéndonos contar con información de las actividades ancestrales, como los juegos tradicionales que se practicaban”, afirma Darwin Grefa, gestor comunitario de Ikiam.
Grefa destaca algunos de los juegos ancestrales más importantes y practicados.
La lanza fue adoptada por la cultura ancestral kiwcha, que demostró el arte de utilizar esta herramienta y sus técnicas para caza, pesca y cultivo.
Está categorizada como un juego ancestral que permite medir la fuerza. Guarda una similitud con el lanzamiento de la jabalina, que se practica en los Juegos Olímpicos.
La pukuna o cerbatana es un arma utilizada por todas las poblaciones étnicas, originarias de la Amazonía. Cada etnia la diseña según su cultura. Esta práctica guarda un símil con los dardos de tiro al blanco.
La chaskina consiste en la utilización de una pelota pequeña, hecha con hojas de maíz, que se intercambia de lado a lado, como el voleibol.
El chaski se caracteriza por la resistencia y velocidad que mantenían los mensajeros pasados. Guarda similitud con la práctica del atletismo.
El waysapuru es un objeto elaborado a base de mate de pilche o wayusa, cruzado con una tira. Se lo hace girar por 10 segundos, produciendo un sonido de viento. Es muy similar al juego del trompo.
El equilibrio se originó en varios grupos étnicos debido a que, para cazar, luchar o viajar, se tenía que cruzar sobre un puente de árbol o madera, de hasta de 8 metros de largo, caminando o corriendo, dependiendo de la situación.
Otra de las características de las comunidades kichwas de Napo son los rituales en la siembra y preparación de yuca. Por ello, la chicha es la bebida ancestral que se ofrece durante el trabajo, la fiesta o la minga para calmar la sed y no faltará en este aniversario.
Se la elabora de manera tradicional. Primero, se mastica la yuca durante la noche para darle más sabor. Segundo, se fermenta dejándola reposar y, por último, se extrae el líquido.
Una vez lista para beberla, se acompaña con un canto especial de ritualidad que invoca al ‘nunguli’ o espíritu del cultivo de la chakra.