Esterilizar a los perros del páramo, alternativa para proteger al cóndor

Los canes se han convertido en una amenaza para la conservación de estas aves. Ambos compiten por alimento. Foto: cortesía.

Los perros ferales son una de las principales amenazas para la conservación del cóndor andino. Estos animales pasean libres por los páramos de Quito, mientras atacan al ganado de las comunidades, cazan otras especies silvestres y se comen el alimento de las aves más emblemáticas del país.
Para disminuir esta problemática, un grupo de investigadores emprendió una campaña de esterilización que busca reducir o detener el crecimiento de las poblaciones de perros en las zonas cercanas a las áreas de uso del cóndor andino, como dormideros o puntos de anidación.
Fabricio Narváez, coordinador de proyectos de la Fundación Cóndor Andino, explica que desde enero hasta diciembre 2020 lograron esterilizar a alrededor de 1 000 animales de compañía en 14 comunidades de los páramos orientales del Distrito Metropolitano de Quito. Con este proceso, calcula, se evitó que nacieran alrededor de 11 millones de perros hasta 2025. Se estima que una pareja puede tener entre 5 000 y 11 000 descendientes en un período de cinco años.
Para implementar este proyecto, la Fundación Cóndor Andino aplicó a los fondos concursables que ofrece el Municipio de Quito mediante el Fondo Ambiental. Su propuesta consistió en llevar a cabo una campaña educativa y de comunicación enfocada en la conservación del cóndor y en el manejo responsable de los animales de compañía.
Los investigadores se basaron en que los perros son la tercera especie introducida más peligrosa para la conservación de la biodiversidad. Narváez explica que estos se convierten en depredadores, perturban estos hábitats, transmiten enfermedades a los animales silvestres, pueden cruzarse con especies similares, como lobos de páramo, y compiten con los cóndores por las presas.
En los páramos orientales también han influido en que aumenten las muertes de aves por envenenamiento. Para defenderse de los ataques a su ganado, las personas colocan carroña con veneno que, finalmente, es ingerida por los cóndores y no por los canes. Entre 2018 y 2019, alrededor de 20 de estas aves murieron envenenadas. Esta cifra equivale al 13% de la población de cóndores que habita en el Ecuador.
Anahí Hidalgo, veterinaria de la Fundación Cóndor Andino, cuenta que las comunidades estuvieron abiertas a esta campaña. Durante las jornadas se difundió la importancia de la tenencia responsable, ya que muchos de estos perros tienen dueño, pero deambulan libremente por esas áreas. También se explicaron los beneficios de la esterilización para la salud de las mascotas.
Hidalgo explica que cada cirugía duró alrededor de 30 minutos, pero los perros permanecieron bajo los cuidados de los veterinarios durante unas dos horas, por los chequeos previos y posteriores a la operación. En este proceso participaron especialistas y voluntarios de Protección Animal Ecuador, Spay Project, Pan Animalia y la Universidad UTE. Empresas privadas aportaron con fondos para desarrollar la campaña.
Ahora se está llevando a cabo una nueva fase. Narváez dice que este es un tema urgente, ya que, si se continúa como hasta ahora, los cóndores podrían extinguirse en Ecuador en los próximos 10 años.