Con una pandemia de por medio, Cecilia Toapanta supo que en este 2022 no podía darse el lujo de sembrar maíz con semillas híbridas. Ella lo hubiera querido, pero el costo y la inestabilidad financiera pesaron más, aun cuando tuvo buenos resultados con una variedad mexicana que probó antes de 2020.
La ecuación productiva en el sector agrícola es clara: mejores semillas dan mejores productos. Pero hay una serie de variables que juegan a favor y en contra de los agricultores como origen de la semilla, resistencia a enfermedades, productividad con déficit hídrico… una serie de elementos que, muchas de las veces, empieza con la selección idónea del grano que dará vida al cultivo.
De acuerdo con los datos del Módulo de Información Agroambiental y Tecnificación, en 2021 el 41% de los cultivos permanentes y transitorios usó semillas comunes. El resto se volcó al uso de productos mejorados, certificados e híbridos.
¿Estamos en buen camino?
Para los expertos consultados por este Diario, la pandemia, la guerra Ucrania–Rusia y las dos manifestaciones de los indígenas (2019 y 2022) han sido dos desafíos importantes para la agricultura en materia de semillas.
Así, por ejemplo, Juan Fernando Vizcarra, especialista en agronegocios, indica que entre el 2018 y 2021 apenas bajó en 1% el uso de semillas comunes, que son más propensas a sufrir enfermedades o tener menor rendimiento. Para él, parte tiene origen en la crisis sanitaria, que significó un redireccionamiento de fondos y subsidios para el coronavirus.
En efecto, entre el 2018 y 2021 el uso de semillas comunes bajó, pero lo hizo para los cultivos permanentes en un 4%. En el caso de los transitorios, en el mismo periodo se incrementó en un 13%.
Para la agrónoma Isabel Guerra, esta escalada es problemática especialmente para maíz, un producto requerido para la alimentación de los animales.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos, los cultivos transitorios son los que mejor han incorporado semilla certificada. Esto se debería a que “existe un alto interés por parte del sector privado en los procesos de investigación y multiplicación, como por ejemplo el caso de arroz”.
Pero para Gonzalo Gómez, experto agropecuario, existe otro factor que afecta al mejoramiento de las semillas: la prohibición de granos transgénicos. A su criterio, esto incidiría en que el rendimiento de los campos sea menor que en vecinos como Perú.
Las actuales esperanzas
En 2018, el uso de semillas híbridas nacionales y extranjeras llegó a 282 873 hectáreas. Cuatro años más tarde, la cifra decreció en un 9%, con 256 501 hectáreas. Para los expertos, este es un problema que se deberá solventar en el corto plazo para mejorar la rentabilidad.
A diferencia de otros tipos de semillas, las híbridas ofrecen una mejor calidad del producto final ya que cruzan las mejores características de dos líneas.
Según el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Iniap), estas “presentan mayor resistencia a plagas y enfermedades, mayor rendimiento, menor tiempo en el ciclo del cultivo y mejor calidad comercial, sin embargo, generan una dependencia de compra de semilla en cada ciclo de producción y requieren de un paquete tecnológico específico para tener altos rendimientos”.
A escala nacional, el Iniap es el organismo público que realiza el mejoramiento de las semillas.
Las semillas
Según el Iniap, la demanda de semillas certificadas que este organismo produce bajó de 133 594 kg en 2018 a 10 241 en 2021. En cambio, la semilla básica creció de 6 333 kg a 26 548 en el mismo período.
Entre 2018 y 2021, la demanda de semilla híbrida nacional creció en un 245% para los cultivos transitorios, mientras que para los permanentes descendió en un 17%.
En el mismo período se redujo el número de cultivos transitorios con semillas híbridas internacionales en un 33% y en los permanentes en un 11%.
En el 2021 produjo 149,05 toneladas de semilla genética, básica, registrada y certificada en 14 rubros. Para este año se estima que producirá 289,32 toneladas.
El Gobierno tiene el Plan Semilla para entregar semillas certificadas de por lo menos una docena de productos. Se destinaron USD 14 millones.