Se llaman Pachi, Yasmin, Socky y fueron ‘clonados’ a detalle de sus versiones originales de carne y hueso. La fábrica en donde sucede la ‘magia’ está en Pampanga, Filipinas. Allí David Tan se dedica a inmortalizar, en forma de peluches, a mascotas fallecidas para darles algo de consuelo a sus dueños.
A inicios de año Rissa perdió a Mogu a causa de un problema en el hígado. La creadora de contenido filipina compartió en un video de YouTube los detalles detrás del fallecimiento de su mascota y su “regreso”. La versión en peluche del perro de raza shitzu de Rissa tiene cada uno de los detalles de su fallecida mascota.
Tan es muy reconocido en Asia por su trabajo y recibe pedidos de diferentes lugares del mundo. El juguetero dirige a un equipo de 20 personas quienes crean desde cero ‘clones’ realistas de todo tipo de mascotas. Aunque la gran mayoría de encargos son de perros, también fabrican gatos, loros, hamster y cualquier animal doméstico que les soliciten.
Mogu 2.0 llegó a las manos de Rissa hace un mes y medio y ella confiesa que ha vuelto a sonreír de nuevo. La muerte de su mejor amigo le afectó mucho y peluche creado por Tan es tan realista que le ha ayudado mucho superar la pérdida.
Un trabajo artístico
Se trata de peluches pero podrían ser también consideradas esculturas realistas de las mascotas fallecidas. Por el nivel de detalle, el trabajo de Tan tiene mucho de artístico. Además, el equipo que se encarga de la fabricación de peluches está compuesto por diseñadores talentosos, según consta en la página web de la compañía, y de costureros que realizan a mano todos los productos.
Tan, de 48 años, menciona en una entrevista a ‘Reuters’ que tuvo la idea de crear estos juguetes realistas en 2019. En ese año él mismo perdió a su perro, un golden retriever que lo acompañó durante un periodo largo de tiempo. Así Pampanga Teddy Bear (el nombre de la empresa) es un homenaje a su mejor amigo.
Todos los peluches que fabrican en el lugar son personalizados, ya sean clones de mascotas o los tradicionales ositos de peluche que también son su sello de identidad. Los clientes le envían fotos y videos de sus animales muertos para que Tan y su equipo puedan replicar todos los detalles con la mayor exactitud posible, desde el color del hasta las medidas reales.
¿Cómo se hacen?
El proceso inicia con el dibujo de la silueta de la mascota en cartón. Después se cortan las piezas, se cosen a una tela y se arma con ellas un caparazón que se rellena. Este armazón se cubre con pieles sintéticas que, posteriormente, se retocan usando un aerógrafo. El uso de esta técnica les da un mayor realismo a los juguetes.
El objetivo final, según Tan, es ayudar a los dueños a transitar el periodo de duelo de una mejor forma, sin recurrir a procesos como la taxidermia.
Pachi es uno de los ‘clones’ que crearon. Su dueña, Tracy Faey Aquino, lo colocó junto a una especie de altar que tiene con fotos y otros recuerdos de su mascota. Cuando lo recibieron ella y su familia no pudieron evitar llorar. “Parece que está de vuelta con nosotros”, mencionó en un comentario en las redes de la fábrica.
Su éxito es tal que tienen una larga lista de espera. Para elaborar cada peluche se demoran cerca de dos días dependiendo de la dificultad y tienen un precio aproximado de USD 65.
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