Horiyoshi 3 es un legendario artista de tatuaje de Japón. La calidad de su trabajo lo convirtió en el tatuador favorito de la Yakuza, la mafia japonesa.
La revista VICE lo visitó en su taller en Yokohama y le preguntó sobre un dilema entre las personas que deciden realizarse un tatuaje: ¿Es algo personal o para exhibirlo ante los demás?
Antes de formular su respuesta, Horiyoshi 3 se detiene a contrarrestar la fama que precede a la Yakuza.
“Yo los conozco personalmente. Ellos hacen muchas cosas buenas por nuestra comunidad. Cuando ocurrió el terremoto, ellos ayudaron más rápido que el Gobierno”, relata el tatuador.
Luego, inicia su argumentación sobre la interrogante de la entrevista. Para Horiyoshi 3, en Japón los tatuajes están ligados a símbolos que tienen connotaciones profundas.
En los miembros de la Yakuza, por ejemplo, las marcas en la piel no son para expresar que son parte de una banda.
“Los tatuajes son para mostrar que ellos tienen la fuerza para ayudar a los débiles. Pero no tiene que hacerse público”, dice.
Horiyoshi 3 continúa y expresa una frase contundente: “Cuando algo se convierte en moda, deja de ser fascinante”.
El tatuador insisten que lo realmente bello está en aquello que no se puede ver. En Japón, señala, a diferencia de la cultura occidental, se aprecia los tatuajes que permanecen ocultos a la vista. “La cultura japonesa consiste en permanecer en las sombras”.
Las obras de arte, las esculturas de los budas y hasta la misma arquitectura guarda un gran respeto por las sombras en Japón. Según Horiyoshi 3, la sombra es necesaria para darle sentido a la luz.
“Nuestra cultura espiritual es diferente de la de otros países porque cuando mostramos nuestros tatuajes, estos toman la forma de una luz misteriosa que está escondida y es hermosa. Por eso es fascinante”, sentencia.