Los pinceles y el óleo no son las herramientas para sus obras. El azuayo Adrián Washco prefiere el video. ‘Embajadas Implícitas’, que se exhibe en el Museo de Arte Moderno de Cuenca, es una muestra de esa preferencia.
En siete salas de este Museo, el artista exhibe el trabajo realizado desde 1998. Su tarea es convertir las imágenes en obras de arte y hacer que el video sea su lienzo.
Para Washco, el videoarte es una forma de expresarse y a través de su edición en el computador logra comunicar lo que desea. En la primera sala, la más grande del Museo de Arte Moderno, una pared blanca sirve para proyectar el video ‘A mar’.
En ese video el artista captó la frase “Te amo” escrita en la orilla del mar en Montañita, Santa Elena. Washco también muestra sus pies en este trabajo como una señal de que es el protagonista de esta historia de amor.
La migración también es abordada por el cuencano en ‘Embajadas Implícitas’ e ‘Historias septentrionales’. Según él, se sintió motivado a reflejar a través de imágenes lo que pasa con la ausencia de los seres queridos.
En ‘Embajadas Implícitas’ muestra cómo se dibujan canchas de ecuavóley en el cuerpo de una mujer. En Estados Unidos, España y otros países donde emigran los ecuatorianos las canchas de ecuavóley son los espacios donde se concentran los emigrantes. Para el artista, ese espacio se convierte de pronto en una suerte de embajada ecuatoriana en cualquier sitio del mundo.
El mundo como un territorio que ya no es lejano, sino que forma parte de las individualidades de cientos de miles de personas que transitan por él, esa es la idea a la que apelan sus videos.
También presenta videos de corta duración, de hasta cinco minutos. Washco en ocasiones trabaja solo y en otras con uno o dos compañeros para que le ayuden a llevar los cables y las cámaras. “A veces las obras nacen en momentos menos pensados”.
Una de esas la realizó desde un vehículo en la carretera en la frontera entre Estados Unidos y México. Allí, muestra los desplazamientos en los espacios públicos.
A sabiendas de que para que el video pueda expresarse es necesario complementarlo con un minucioso trabajo de edición, él le dedica varias horas a este último. También se preocupa por un acompañamiento musical.
Con otra propuesta llamada ‘Fragmentos’, el artista hace un examen de conciencia. Allí aparecen torsos desnudos, partes de cuerpos. “Cada persona se imaginará lo que ve de acuerdo con su pensamiento”.
El video también es utilizado para rechazar la influencia de la cultura occidental. Eso lo plasmó en su trabajo ‘Cultura’. A través de una imagen de la Capilla Sixtina expresa su descontento a las influencias extranjeras.
El curador de la muestra, Hernán Pacurucu, asegura que una propuesta de videoarte como esta se presenta por primera en Cuenca. “Nos traslada a un espacio en donde las sensaciones predominan, tanto aquellas que trasmiten como aquellas que provocan”.
Según Pacurucu, esta muestra es un ejemplo de reconciliación entre la tecnología y la belleza como factor imprescindible en el arte contemporáneo.