La iglesia del barrio de las Orquídeas ubicada a 15 minutos del Centro Histórico de Cuenca se convirtió la noche del jueves pasado en el escenario de la Orquesta Sinfónica de Cuenca. Allí se realizó el concierto denominado Misa Tango, uno de los varios que la Orquesta ofrece en distintos sectores de la capital azuaya.
Los niños de este barrio fueron quienes ocuparon los primeros puestos. Ellos no salían del asombro de ver cada uno de los instrumentos y la elegancia de los músicos vestidos de traje negro.
A las 20:00 se inició el concierto Misa Tango, bajo la dirección del maestro ambateño Medardo Caisabanda. Instantes antes, los niños presentes murmuraban: ¿será que ese palito (batuta) es para que no hagamos bulla?
El espectáculo empezó con la obertura de ‘Candido’ melodía en la que el público empezó a tomar fotos con sus celulares y sus cámaras de fotos. Según Caisabanda, el objetivo de que la Orquesta Sinfónica llegue a los barrios es romper esa idea de que es una agrupación de carácter elitista.
Caisabanda dice que estos conciertos son una oportunidad para generar nuevos públicos y hacer conocer el trabajo de la Orquesta Sinfónica de Cuenca. Por ello dice que desde hace un año y medio se ejecutan estos espectáculos en barrios, parroquias y cantones como Sinincay, Baños, Quingeo, Gualaceo.
Los 65 músicos de la Sinfónica de Cuenca encendieron unas velas, para dar paso a la interpretación del tema Misa a Buenos Aires. Y en ese momento a Jonathan Silva, de 10 años, se le escuchó decir: “Parece que estoy viendo una película, es un espectáculo maravilloso”.
Para el concertino Patricio Mora, ofrecer estos conciertos contribuye a educar al público, para que conozca diferentes géneros, porque en cada espectáculo ofrecen repertorios diferentes. En esta ocasión fueron tangos, en otras han sido pasillos, boleros, merengues… Todo desde la academia.
El sonido de los violines retumbó la iglesia de las Orquídeas cuando se escuchó La Sinfonía 45, tema en el cual los músicos contaban la historia de unos músicos que trabajan para una familia austríaca.
Lo particular de esta interpretación fue cuando, uno a uno, los músicos dejaron de entonar sus instrumentos y solo quedaron dos violinistas. Así representaron la protesta de los músicos que trabajaban para la familia austríaca que deseaba regresar a Venecia.
Para Rosario Placencia, moradora de las Orquídeas, la música era cautivante. Ella asistía a un concierto de la Sinfónica por primera vez y se enteró a través de la invitación del cura de la iglesia. Esta pieza musical también puede simbolizar la importancia de la Orquesta como conjunto, porque al desintegrarse se desvanece la música y sus sentidos.
En el momento cuando ingresaron los 55 integrantes del coro juvenil del conservatorio José María Rodríguez, a las 20:45, ellos pusieron la nota colorida a la Misa Tango, al interpretar sus temas en latín. Por un minuto se escuchó el solo del pianista Hugo Cobos, quien interpretó El Credo y emuló, con su interpretación, cuando Jesús era crucificado. La cantante mezzosoprano Priscila Urgilés cantó diferentes melodías como Gloria, Misa por la Paz y la Justicia, Misa Criolla.
Eugenio Tello, de 69 años, también de la zona, dijo que era un privilegio escuchar de forma gratuita a la Orquesta Sinfónica de Cuenca en su barrio, porque “fue como estar en la Capilla Sixtina”. La interpretación del coro en latín quizá le dio la razón a Tello.
En detalle
Este miércoles la Orquesta Sinfónica de Cuenca se presentará en la iglesia matriz de Cañar y el viernes en las iglesias de Gualaceo y Chordeleg.
La preparación del concierto denominado Misa Tango les tomó ocho días a los 65 músicos de la Orquesta de Cuenca.
Priscila Urgilés, cantante mezzosoprano, participó en varios festivales musicales de Amnistía Internacional, difundiendo la música nacional.