El martes se celebró el vigésimo aniversario de los premios Jorge Mantilla Ortega (JMO), con la entrega de los galardones a los ganadores de la edición de 2010. Aquí una reseña de la historia de este reconocimiento al periodismo libre y a sus gestores.
Un continuo compromiso con el país
‘Libertad y dignidad son bienes inalienables del ciudadano. Nadie puede donarlos ni colocarlos en subasta, pues constituyen el legado de una civilización entera, herencia de la lucha del hombre a través de los siglos para rescatar de la barbarie y de la injusticia el único agente generador de cultura: la libertad”, en esa frase, pronunciada por Jorge Mantilla Ortega, en 1954, en la reapertura de EL COMERCIO luego de su clausura, se sintetiza el espíritu del premio que lleva su nombre.
Para preservar la memoria de este férreo defensor de la libertad de expresión, quien fuera director de EL COMERCIO, su hija Guadalupe Mantilla de Acquaviva, actual directora del Grupo, tuvo la iniciativa en 1990, de crear un premio que reconociera a lo mejor de la prensa escrita y gráfica del país… Así lo ha hecho, el JMO, durante los últimos 20 años.
Desde esa primera edición, donde un jurado integrado por Jorge Salvador Lara, Edmundo Rivadeneira, Irving Zapater, Jorge Ribadeneira y Roque Maldonado premió la entrevista que María Albán (+) hizo al embajador Richard Holwill, y la fotografía de Guillermo Corral, sobre la liberación de Martín Berrocal, el galardón ha reconocido aun sinnúmero de plumas que escriben de forma certera y a la cámara que se halla en el lugar y momento precisos.
Pablo Cuvi, Esteban Michelena, Edwin Hidalgo, Cecilio Moreno, César Moreno, Paulina Trujillo, Diego Oquendo, Alfonso Reece, Milagros Aguirre, Patricia Estupiñán son algunos de los periodistas cuyos trabajos han sido reconocidos por el premio.
Los nombres de los ganadores (primeros lugares), su trayectoria y visiones del oficio periodístico, se han reunido en una publicación que recopila la historia del premio y el mejor quehacer periodístico de las últimas dos décadas.
30 categorías han sido reconocidas a lo largo de la historia de los JMO, siendo el reportaje investigativo y la crónica los géneros con mayores convocatorias. Las temáticas premiadas han sido diversas: políticas, económicas y sociales, hasta las deportivas y culturales.
Los géneros que participan se deciden según los hechos trascendentes del año: se evalúan temáticas y coyunturas; así, por ejemplo, para la vigésima edición, el periodismo de investigación debía entrar, por todos los casos que quedaron al descubierto gracias a la acción de la prensa. Finalmente, el coordinador de los Premios JMO selecciona las categorías; esa función ha sido desempeñada por los periodistas Jorge Ribadeneira, Eduardo Galárraga y Marco Arauz.
El reconocimiento de los Jorge Mantilla Ortega se representa con la dorada punta de una pluma. La figurilla simboliza todo el esfuerzo y la creatividad, la pasión y la entrega que exige la labor periodística día a día. Además, en el 2005 se distinguió la trayectoria de tres reconocidas personalidades del medio periodístico, con la pluma de oro: Jorge Vivanco, Francisco ‘Pájaro’ Febres Cordero y Jorge Ribadeneira.
Gloria Jiménez, quien ha estado en la organización de todas las ediciones del premio JMO, señala que el reconocimiento se ha ido adecuando a los nuevos horizontes que encuentra el periodismo. Por ello no descarta que entre las categorías a convocarse en el futuro se encuentre el periodismo multimedia.
Y si bien, ahora el periodismo se adecúa a las nuevas tecnologías, por lo que los soportes transmutan, la exigencia para con los contenidos es y será la misma, pues el periodismo demanda pasión y calidad; cualidades atesoradas por Jorge Mantilla Ortega. Aquel premio que lleva el nombre de quien no solo consolidó el legado de la primera generación en la historia de EL COMERCIO, sino que también luchó inclaudicablemente por la libertad de expresión; pero falleció (1979) antes de poder presenciar el retorno de la democracia al Ecuador.
La noche de los ganadores
El orgullo por el trabajo bien hecho flotaba la noche del martes en el Antiguo Hospital Militar, en Quito. Decenas de periodistas de todo el país se reunieron para festejar a los ganadores de la vigésima edición del premio periodístico Jorge Mantilla Ortega (JMO), el más antiguo del país.
Las primeras palabras salieron de la mesa de honor, conformada por la directora de contenidos de Grupo EL COMERCIO, Guadalupe Mantilla de Acquaviva; el subdirector de contenidos, Marco Arauz; el presidente ejecutivo, Andrés Hidalgo; el director de Últimas Noticias, Jorge Ribadeneira; y el jefe de redacción, Rubén Darío Buitrón. Desde allí, por ejemplo, Marco Arauz habló de la condición de “oficio incómodo para el poder”, que tiene el buen periodismo.
Luego, los periodistas premiados, protagonistas de la noche, también se dirigieron a los presentes. Así, un emocionado Rodolfo Párraga, ganador del primer puesto en la categoría de fotografía, con su trabajo ‘Sin miedo a nada’ publicado en diario Expreso, hizo alusión a su condición de manabita; la misma que es compartida por el ganador del primer premio en la categoría de crónica, Juan Fernando Andrade (revista Soho). “Es importante que gente de las provincias estemos aquí esta noche”, dijo.
Christian Zurita, quien junto a María Elena Arellano y Mario Avilés, se llevó el primer premio en la categoría de investigación, también habló. “Podremos ir a pie por la calle, a veces no tener ni para coger el bus, pero no nos olvidemos que tenemos el poder de la palabra, y los retos que nos esperan son muy grandes”.
La directora de Grupo EL COMERCIO también dio su mensaje, cuando habló del libro que recopila las historias de los 84 periodistas que a lo largo de 20 años han merecido los primeros lugares, gracias a su trabajo impecable. Un contundente “A la prensa libre no se la puede callar y eso es lo que queremos celebrar hoy con ustedes” de doña Guadalupe Mantilla dio por concluida la ceremonia de premiación y dejó abierto el espacio para las fotos de los nuevos ganadores y los brindis entre amigos de profesión.
Tras la premiación, las salas del Antiguo Hospital bullían. La camaradería entre los premiados de la noche, los ganadores históricos y los demás periodistas que acudieron a la celebración era evidente.
Anécdotas, felicitaciones y bromas circulaban por el lugar, de grupo en grupo; el periodismo, y su compromiso social, fue uno de los temas centrales de la noche.