Crime Brûlé, una obra teatral imperdible

El elenco de Crime Brûlé, que se presesnta en el teatro de la Asociación Humboldt. Foto: Silvia Echevarría / El Apuntador, Asociación Humboldt

Algo pasa en el teatro ecuatoriano: las temporadas suelen ser efímeras. Entonces, hay que volcarse a los escenarios para poder ver obras que apuntan como importantes, interesantes. Y ese es el caso de 'Crime Brûlé', que merece ser vista y exigir que pronto vuelva a los escenarios.

Solo hay tres funciones, de las cuales el preestreno fue ayer, 8 de junio de 2023 en la Asociación Humboldt. Hoy, 9, y mañana, 10 de junio, serán las únicas funciones. Pero esta obra vale la pena ir a verla porque es al resultado de tres meses de trabajo, con un guion maravilloso, una puesta en escena asombrosa y actuaciones muy destacadas.

Además, no es una obra simple. Tiene una complejidad, la necesaria para pensar en un teatro de alta calidad. No es el chiste de comedia fácil a la que estamos acostumbrándonos en el país. Es un humor que hace que uno revise bien el mundo en que se vive. Pero también es una obra psicológica.

Desde el ingreso a la sala de la Asociación Humboldt, el espectador ya tendrá un estímulo con la niebla propia para dar ese toque de misterio. Y así mismo inicia la obra que trata sobre un asesinato en Ciudad Beta. Y aquí comienza toda una historia desopilante que transita entre el complot para el perfeccionamiento humano, la búsqueda del asesino, su nacimiento, que finalmente es Billy, que proviene de todos. Es la desesperanza que llega después de las ilusiones.

Y, como para satisfacer ese gusto muy propio de acá en el teatro, hay momentos muy finos de humor.

Uno siente que está ante una influencia de 'Alicia en el país de las maravillas' o con personajes estilo Tim Burton. Vale resaltar la puesta en escena que tiene unas imágenes profundas, y por tanto bellas. El espectador se sentirá tocado.

La actuación de Crime Brûlé

La puesta en escena, con imágenes intensas, y la expresividad de los actores, ayudan en mucho a que Crime Brûlé sea un muy buen montaje. Foto: Cortesía de Silvia Echevarría / El Apuntador, Asociación Humboldt.

El trabajo actoral resulta ser un acierto. Todos tienen una particularidad con sus máscaras: Gonzalo Estupiñán encarna un personaje inolvidable, con un rostro profundo. El nombre de su personaje lo dice todo: Doctor Pepper.

Lo mismo ocurre con Ramiro Aulestia, que interpreta a Billy (asesino presunto y parido posterior) y se mantiene en silencio hasta mandar un grito desgarrador, que es su encuentro con la palabra, al final de la obra.

También es extraordinario el rol de Dopamina, interpretada por Gabriela Acosta, que mantiene alguna tensión con la Razón, actuada por María del Mar Espinosa. No menos interesante es Charlotte, a cargo de Paula Almeida.

Y está el mozo Jazz, actuado por Elías Suárez, de rostro fuerte.

Mención no menor merece el sonido y la música, y que permite, incluso, tener toques de musical (no hay cantos, por si acaso), pero sí el movimiento de los personajes en escena que tienen tanto sentido y que provocan ese estremecimiento en el espectador. El maquillaje intenso permite aún más ver lo desopilante de esta obra, como cuando ven "El show de la noticias", absortos en el crimen como espectáculo.

El guion fue, según contó al final el director y dramaturgo Martín Peña Vásquez, se fue elaborando durante estos tres meses de trabajo. Y se nota que hubo mucho trabajo. Seguramente extenuante. Pero es una obra que merece ser vista. Esperemos que pronto tenga una temporada más perdurable.


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