Johanna Miranda y Ángel Neira viajan por el río Puyo con dirección a las cascadas de El Porvenir. El alquiler de la canoa cuesta USD 15. Foto: Fabián Maisanche/ EL COMERCIO.
Viajes en canoa, paseos por la selva, medicina ancestral, danza y otras actividades se ofertan en la comunidad kichwa de Cotococha, ubicada en el kilómetro 15 de la vía Puyo-Macas, en Pastaza.
La comunidad está conformada por 16 familias que promocionan el turismo comunitario desde el 2017. Con base en mingas construyeron cuatro cabañas, una zona para practicar el chamanismo y abrieron senderos en las más de 80 hectáreas del bosque húmedo tropical, donde viven.
En el recorrido, los turistas pueden observar aves, monos, loros e insectos. En algunas zonas deben atravesar pequeños riachuelos para llegar a las cascadas o a las chacras de plantas medicinales. También se llega a las pequeñas lagunas para la práctica de la pesca deportiva.
Los esposos Reinaldo Chango y Yesenia Chambo recolectan flores y plantas de los senderos para adornar las cabañas. Foto: Fabián Maisanche/ EL COMERCIO.
“A los turistas se les explica para qué sirven las plantas medicinales, sus beneficios en el cuerpo y cómo pueden aliviar dolores. Algunos se animan a ser parte de pequeñas terapias para calmar su malestar”, aseguró Noemí Chango, una de las líderes comunitarias.
La mujer, de 39 años, contó que estas actividades se complementan con la gastronomía típica. A los visitantes les regalan chicha de yuca en cuencos o vasijas de barro. También se ofertan los denominados maitos de bagre, carachama, bocachico y tilapia, chontacuros, ceviches de palmito, icues (hormigas) fritas, muchines de yuca y papachina.
La danza de la nacionalidad kichwa se realiza en una de las cabañas de la comunidad. Los esposos Reinaldo Chango y Yesenia Chambo, junto con nietos, sobrinos e hijos bailan al ritmo de los tambores.
La danza de la nacionalidad kichwa es al ritmo de un tambor. Los bailarines interactúan con los visitantes y prestan sus atuendos. Foto: Fabián Maisanche/ EL COMERCIO.
Las mujeres visten una blusa elaborada con la palma de morete y adornada con semillas, huesos de pescado y piedras. Y los hombres usan una falda con palma de morete.
Los aretes que utiliza ella son elaborados con las plumas del papagayo, loro y otras aves. Estos adornos son recolectados por las mujeres en la selva. Y sirven para elaborar collares, pendientes y otros accesorios, que son ofertados en el centro de artesanías.
Otra de las actividades es visitar las cascadas de El Porvenir, luego de navegar por el río Puyo por 45 minutos. Los vecinos del sector ofertan los viajes en canoas de madera. También están las prácticas del rafting o kayak.