Científicos vuelven a recibir datos del gran acelerador de partículas del CERN

Luego de dos años de una pausa técnica, el acelerador de partículas más grande del mundo volvió a funcionar este 5 de abril. Foto: Archivo/ AFP.

Luego de dos años de una pausa técnica, el acelerador de partículas más grande del mundo volvió a funcionar este 5 de abril. Foto: Archivo/ AFP.

Luego de dos años de una pausa técnica, el acelerador de partículas más grande del mundo volvió a funcionar este 5 de abril. Foto: Archivo/ AFP.

Los físicos han empezado a recibir hoy las primeras informaciones del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) en 27 meses, con colisiones de partículas que están generando datos para los cuatro experimentos que alberga, informó hoy 3 de junio el Centro Europeo de Física de Partículas (CERN).

Uno de los mayores desafíos que se han trazado los científicos en esta nueva etapa de funcionamiento del LHC es ampliar el escaso conocimiento que existe sobre la materia oscura, que compone la mayor parte del universo.

El CERN celebró que la compleja maquinaria que es el LHC esté produciendo datos nuevamente, tras dos años de parada técnica para trabajos de mantenimiento y mejora, más los tres meses que el colisionador ha tardado en volver a funcionar a pleno rendimiento.

La energía que desde su encendido paulatino, por tramos, ha alcanzado el LHC no tiene precedentes de ningún tipo, pues con una potencia de 13 teraelectronvoltios (TeV) ha duplicado el nivel de energía alcanzado en su primera etapa de operaciones.

Se planea que el acelerador funcione de forma ininterrumpida durante los próximos tres años, generando datos para las investigaciones en las que participan miles de científicos de todo el mundo, entre ellos doscientos físicos y técnicos españoles.

El punto que determina que el colisionador empiece a arrojar datos tiene que ver con la estabilidad de los haces de protones -el tipo de partículas utilizadas en los experimentos- que circulan en su interior en direcciones opuestas.

Los haces están formados por cadenas de paquetes de protones que, tras ser inyectados en el anillo del LHC, son propulsados a una potencia que les hace dar vueltas a la circunferencia (de 27 kilómetros) casi a la velocidad de la luz.

Las cadenas de protones circulan en direcciones opuestas, guiadas -para mantenerlas estables y que no oscilen- por potentes imanes superconductores.

El CERN indicó que hoy llenó el acelerador con seis paquetes que contenían 100 000 millones de protones cada uno. El número de los paquetes a utilizar se irá incrementando paulatinamente hasta los 2.080 paquetes por haz, lo que permitirá producir 1.000 millones de colisiones por segundo.

Durante el primer ciclo de funcionamiento, el LHC dio a la física el mayor descubrimiento de los últimos años: el Bosón de Higgs, la pieza que faltaba para completar y confirmar el llamado Modelo Estándar de la física de partículas. Se trata de una teoría que describe las partículas elementales que componen la materia del universo visible y sus interacciones. El Bosón de Higgs es una partícula elemental que hasta los experimentos del CERN nunca había sido vista.

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