La Bienal de Cuenca quiere llegar a más gente

Cristóbal Zapata dirige la Fundación Bienal de Cuenca desde inicios de febrero del 2015. Foto: Xavier Caivinagua /El Comercio

La Bienal Internacional de Cuenca empieza un nuevo ciclo con miras a octubre o noviembre del 2016, cuando se realizará su decimotercera edición. Su reto es llevar el arte a un público más diverso, en nuevos espacios y revitalizar la escena artística de la capital azuaya.
A este plan, su nuevo director ejecutivo Cristóbal Zapata le denomina “transbienal”. Su proyecto consiste en crear una infraestructura cultural que vaya más allá de la exposición que ya está consolidada en el extranjero, principalmente.
En la siguiente edición, este certamen mirará a sus orígenes. La Bienal nació enfocada en la pintura -una propuesta largamente defendida por su creadora, la artista cuencana Eudoxia Estrella- y con el paso de los años se diversificó con nuevos lenguajes.
En este nuevo ciclo, el concepto curatorial aún no está definido, pero hay una meta clara: crear una muestra con gran sintonía, menos difícil de comprender, pero sin descuidar el rigor crítico, según el nuevo director.
Históricamente el evento se desarrolló en un circuito de museos y espacios cerrados en el centro. Zapata buscará nuevos ambientes más cercanos a la comunidad; emulando lo realizado por el festival de cine de Cuenca, que llega a los barrios y parroquias alejadas.
La Bienal, en sus casi 28 años de existencia, se ha convertido en un espacio de encuentro para el arte contemporáneo en Cuenca. Una muestra de ello es que la edición del 2014 tuvo, además de salas de exposición, recorridos interactivos y talleres, con la presencia de académicos internacionales.
Para Katya Cazar, directora de la Bienal durante el 2014, el certamen ha alcanzado una estructura sólida; y destaca como un logro, por ejemplo, la gestión de recursos, que es el resultado de su imagen internacional. Hasta el 2011, asegura la exdirectora, era difícil cubrir los gastos de los artistas y el seguro de las obras, eso se consiguió el año anterior. Este tipo de cambios consolida a la Bienal como un referente en el mundo del arte, a criterio de la curadora quiteña Ana Rodríguez. “Cada vez hay una participación más sólida de artistas y curadores internacionales”.
La formación de nuevos públicos es una necesidad que, a criterio de Cazar, ya se dejó encaminada en la última edición, con un proyecto piloto en el que 600 niños de tres escuelas fueron capacitados. Este proceso continuará con la nueva Dirección de la Bienal.
Cazar reconoce que el evento está más consolidado en el exterior que en su sede. “Con el público de la ciudad hay más distancia”. Eso generó resistencia al evento, pero también impulsó nuevas iniciativas como Cuarto Aparte, que es una exposición paralela a la Bienal.
Con ese criterio coincide Rodríguez. “La Bienal está más enfocada en el momento expositivo que en los procesos de mediano y largo aliento”. Es decir, no se ha trabajado con la comunidad y eso se nota en la ausencia de nuevos públicos, pese al crecimiento que ha tenido desde su inicio en 1987. Rodríguez considera que no es tarde para tener nuevos escenarios. “El trabajo no se agota el día que se inaugura o en el que se clausura. Es un proceso que debe consolidarse”.
El objetivo de Zapata es que las actividades sean continuas y no solo cada dos años. Para ello, ya ha trazado un plan de trabajo en cinco áreas: exposiciones permanentes, formación de artistas, programas de educación, línea editorial y respaldo a las iniciativas que promuevan el desarrollo del arte en Cuenca y Ecuador.
Zapata quiere que haya al menos dos muestras grandes previas al evento, con autores emblemáticos de la historia del arte ecuatoriano. También, se apostará al ‘site-specific’, que son creaciones de arte para determinados espacios, como monumentos, plazas y edificios con potencial artístico.
El siguiente paso será crear un programa de formación para artistas. La falta de espacios de capacitación es una de las deficiencias en la capital azuaya, por ello trabajará con la academia para crear talleres multidisciplinarios.
Otro eje de acción será el diseño de una línea editorial y se planifican dos colecciones. La primera tendrá el apoyo de la Fundación Biblioteca Nacional de Brasil y se denominará Nomadismos Cuenca. Será una recopilación de textos de artistas y pensadores relevantes del arte contemporáneo. El objetivo, para Zapata, es consolidar la imagen de la Bienal fuera del país. La segunda publicación será el resultado de la Bienal. Para el plan de trabajo hay un presupuesto limitado, reconoce el director. En el último certamen se invirtieron USD 947 210. El 50% fue asignación municipal, el 30% autogestión y el 20% un aporte del Ministerio de Cultura. Para el 2016 se manejará un monto similar.
La autogestión será importante para financiar los proyectos complementarios y se fortalecerá la relación sector público y privado.
Katya Cazar
Nació en Cuenca en 1973. Es artista plástica y curadora independiente. Fue docente de las universidades de Cuenca y del Azuay. También es especializada en Arte Latinoamericano. Ha sido curadora en el exterior.
Esta cuencana dirigió la edición de la Bienal Internacional de Cuenca en el 2014.
Cristóbal Zapata
Poeta y crítico literario y de arte; Cuenca, 1968. Desde inicios de febrero del 2015 dirige la Fundación Bienal de Cuenca. Ha sido curador y dirigió el Festival de La Lira.
La coordinó en 1997, cuando la Bienal solo se centraba en pintura. Ha participado en el equipo curador de otras ediciones del certamen.