Su fachada es de mármol, da la sensación de distinción y nobleza, de tres pisos altos ubicada en la calle Bolívar en el Centro Histórico de Cuenca. Es la casa patrimonial donde funcional las oficinas de la Bienal Internacional de Cuenca.
La historia de esta casa comienza en 1907, año en que José Antonio Alvarado compró a la señora Mercedes Maldonado. El precio de la vivienda era de 640 sucres pagando el comprador los 170 de contado con el plazo de un año para cancelar el valor restante.
Aquella Casa convertida en el espacio de arte tiene una singular arquitectura. Tiene dos tipos de fachadas la que da a la calle Estévez de Toral es de adobe, con grandes muros y de amplios ventanales. Construcción que hace que se divida en dos partes en el estilo francés y lo barroco.
Hablar de la historia de esta edificación que cada dos años recibe a distintos artistas de diferentes partes del mundo, por el certamen de la Bienal Internacional de Cuenca, tiene su historia.
Según los datos históricos que reposan en el departamento de comunicación de la Bienal Internacional de Cuenca, en los primeros años la edificación fue una vivienda independiente. La etapa más importante sería cuando fue propietario José Antonio Alvarado, quien se dedicaba a la importación del cielo raso en latón desde 1909.
Por ello, esta casa en la capital azuaya es conocida como la Casa de Latón. Su misma casa también servía de muestrario porque hay una variedad de colores y diseños realizados con latón, el que no fue utilizado solo para los cielos rasos sino también para enmarcar puertas y ventanas y para paredes como se ve hasta la actualidad en esta edificación de pisos de madera, ventanales grandes y murales pintados.
En esta casa también funcionaba un almacén en la calle Bolívar de material fotográfico. José Antonio Alvarado fue uno de los pioneros de la fotografía en la urbe cuencana, lo que se ve reflejado en su vivienda donde habían espacios destinados para este trabajo.
Aunque José Antonio Alvarado fue la persona que más influyó en el inmueble. Por muchos años vivió en ella el pianista y compositor José Ignacio Canelos que arrendaba un cuarto en la planta baja.
En 1994 año en el que la Bienal Internacional de Cuenca estaba presidida por Eudoxia Estrella. El Municipio de Cuenca adquirió el inmueble, con el objetivo de dar un ejemplo a la ciudadanía de que al proporcionar un nuevo uso a este tipo de propiedades era factible rescatarlas y restaurarlas.
El arquitecto Gustavo Lloret fue quien estuvo al frente del proceso de restauración de esta edificación que inició en septiembre del 2007 y duró dos años por un costo de USD 614 000.
Para Lloret ser parte de este proyecto fue especial porque la edificación al ser Patrimonial y recibir en los primeros años de construida un premio al Ornato, guarda una arquitectura singular al tener unos 600 metros cuadrados de latón que fueron importados de Bélgica, Alemania, Estados Unidos entre otros países, los que fueron recuperados.
El trabajo de restauración también comprendió en recuperar la pintura mural que existe en las tres plantas de esta casa que tiene la leyenda que existe una mujer que aparece vestida de novia.