Karen Loján (izq.) estudió en el Colegio Eugenio Espejo, un año extra. Y luego realizó sus pasantías y fue contratada en televentas en Intcomex. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
El deseo de pagarse la carrera universitaria motivó a Karen Loján a seguir el Bachillerato Técnico Productivo (BTP). La joven de 19 años se graduó en la primera promoción de esta alternativa que busca que los jóvenes se inserten en el campo laboral de forma inmediata.
La oferta técnica ecuatoriana se actualizó en el 2016, con nuevas figuras profesionales como el Bachillerato Técnico Productivo. Implica un año extra, para el alumno de secundaria, y su objetivo es preparar al joven para ser contratado rápidamente en empresas.
En el país hay 16 instituciones educativas con esta opción, que se divide en tres áreas: agropecuaria, industrial y de servicios. Dentro de estas hay 14 menciones en elaboración de lácteos, cárnicos, conservería, control de transformación de alimentos, manejo forestal, guardaparques, fabricación de carrocerías, asistente de obra civil, seguridad industrial, instalación hidrosanitaria, soldadura, ensamblaje y mantenimiento de equipos electrónicos, cocina tradicional y gestor en ventas.
Loján, por ejemplo, optó por el área de ventas. Dentro del aula, la quiteña y sus 26 compañeros del Colegio Eugenio Espejo – con BTP – recibieron 400 horas teóricas y 800 de las 1 200 de clase en empresas. Es decir, se enfatiza en la práctica.
En el caso de Loján hizo sus pasantías en Intcomex del Ecuador, una de las firmas que acogió a los chicos del BTP. Eso fue lo que llamó la atención de la joven: tener la posibilidad de firmar un contrato con esta empresa especializada en venta, mantenimiento y ensamblaje de aparatos electrónicos de varias marcas, luego de sus pasantías.
“Fue una gran oportunidad. Es una experiencia más para mi vida”, apuntó Loján. Ahora ha adquirido más habilidades. Creación de bases de datos, comunicación con el cliente, sus necesidades, promociones y ventas son algunos nuevos conocimientos, que ha aprendido en la firma.
Pero además del aprendizaje y la experiencia, la parte económica pesó más en su decisión de seguir el BTP. Los USD 375 más comisiones le sirven para costearse sus estudios universitarios y para colaborar con gastos de casa. Su meta es ser una administradora de empresas y levantar su negocio propio. “Se abrieron nuevos caminos para emprender”.
Una visión similar tiene Jairo Ortega, de 20 años. Al igual que Loján, el joven prefirió estudiar el BTP. Su meta: ganar un sueldo para independizarse y luego pagarse sus estudios.
Esta alternativa es positiva -considera- porque le ayudó a crecer y a encontrar sus prioridades. Los últimos días de este septiembre, el joven ingresará al primer año de la carrera de sus sueños: Ingeniería en Administración de Empresas, a distancia, para poder laborar.
En total, en la primera promoción del BTP hubo 223 jóvenes. Y, hasta octubre, se espera que se gradúen 328, según datos proporcionados por el Ministerio de Educación. En el marco de un conversatorio sobre temas educativos, el ministro Fander Falconí, resaltó la apuesta del Gobierno por el bachillerato técnico y el técnico productivo.
El siguiente paso es engranar el bachillerato técnico con institutos de educación superior tecnológicos. En el programa de BTP participan 11 empresas del sector público y privado. Entre otras, Intcomex del Ecuador, Wiñak, Agrovida, Comafors, Universidad Estatal Amazónica, Holcim, Bekaert y Empresa Eléctrica Quito.
Mireya Recalde, gerenta de Ventas de Intcomex, está satisfecha con el trabajo de los jóvenes. En total fueron 15 chicos del Central Técnico que trabajaron en el área de mantenimiento y ensamblaje. Y otros del Colegio Espejo, en ventas.
Además, la empresa participó en las mesas de diálogo para la elaboración del perfil de los bachilleres y de la malla curricular con la figura técnica de ensamblaje y mantenimiento de equipos electrónicos y de ventas y marketing.
Sobre la falta de experiencia de los estudiantes, Recalde reconoció que se elaboró un perfil profesional. Allí se explicó lo que buscan las empresas para evitar inconvenientes de rendimiento. “Se requiere un joven ordenado, estructurado, consecuente, perseverante y resistente a la frustración”.
En el Colegio Central Técnico, por ejemplo, las inscripciones están abiertas. Los interesados únicamente deben acercarse a la institución con su título de bachiller y la copia de la cédula. Hasta la semana pasada llegaron 11 jóvenes en cursar este año adicional. El ciclo anterior, que terminó el mes pasado, se graduaron 26 estudiantes.
La ventaja de este tipo de bachillerato es que los chicos adquieren una experiencia laboral y puede quedarse dentro de la empresa, abrirse su negocio propio o seguir sus estudios universitarios. Así lo explicaron Wilson Ávila, docente, y también Érika Espinosa, coordinadora del BTP.
Loján y Ortega, quienes ya firmaron un contrato de trabajo con Intcomex, realizan actividades como atención al cliente y venta de equipos tecnológicos de varias marcas. Ambos muchachos comentan que trabajan con profesionalismo. Recuerdan los conocimientos adquiridos en las aulas de clase y todo lo que practicaron en la empresa.