Cualquier cambio que ponga en riesgo al fitoplancton va a afectar a todos los peces, al equilibrio en los océanos y a los humanos. Estas pequeñas plantas son la base de la cadena alimenticia en el mar y en las costas ecuatorianas se ha evidenciado que los ríos tienen un papel fundamental para mantener la salud de estos organismos.
Un nuevo estudio, publicado en Neotropical Biodiversity, analiza el estado del fitoplancton o de la productividad primaria en 18 puntos, distribuidos por toda la Costa del país.
En esta investigación se utilizan los datos recolectados durante más de 15 años para evidenciar los cambios en los patrones y cómo la temperatura del océano ha influido en la productividad de los océanos.
Nicole Chinacalle-Martínez, autora principal del estudio, explica que esta es la primera vez que se realiza un análisis de toda esta zona. En el pasado se habían llevado a cabo investigaciones solo en sitios puntuales del área costera.
Según la bióloga marina y estudiante de maestría en el Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas de México, lo primero que se observa es que, como en otras partes del planeta, la temperatura del océano ha continuado en aumento.
El fitoplancton captura el CO2 del ambiente y libera oxígeno. Un grupo es responsable de más del 50% del aire que respiran los humanos en la Tierra. Foto: Pixabay
A diferencia de otras zonas, la productividad primaria en este caso todavía no ha sufrido un cambio drástico o consistente. Por otro lado, en la costa ecuatoriana no existe un sistema, como el de Perú o de Galápagos, donde la productividad primaria sea elevada. Esta se encuentra localizada en ciertas zonas.
César Peñaherrera, doctor en Ciencias Marinas Cuantitativas y uno de los autores del estudio, explica que uno de los hallazgos más importantes es que la productividad primaria en la costa ecuatoriana se mantiene de alguna forma estable en los meses calientes.
Esto es contrario a lo que ocurre en Perú o Galápagos, donde se registra mayor presencia de fitoplancton en la época de frío.
Los ríos tienen un papel trascendental en la explicación de este fenómeno. Chinacalle-Martínez cuenta que los meses cálidos en la Costa ecuatoriana se caracterizan por la presencia de lluvias.
Estas influyen en que exista una mayor descarga al océano. Al llegar, esta agua aporta con nutrientes y fertilizantes que hacen que la biomasa o la cantidad de fitoplancton aumente en el mar.
Estos últimos necesitan de los compuestos que llevan los ríos para alimentarse y funcionar adecuadamente. El fitoplancton debe estar saludable para desempeñar sus funciones.
Estas plantas capturan el CO2 del ambiente y liberan oxígeno. Un grupo de fitoplancton es responsable de más del 50% del aire que respiran los humanos en la Tierra.
Peñaherrera dice que esta es una dinámica muy importante, sobre todo en esta época en la que la emisión de gases de efecto invernadero está contribuyendo con la aceleración del cambio climático.
La investigación resalta la importancia de mantener la salud de los ríos para evitar que la cantidad de fitoplancton disminuya.
Peñaherrera, quien también es coordinador científico de Migramar, explica que la contaminación de estos cuerpos de agua puede afectar a los ciclos de producción de estas plantas.
Si la disponibilidad de fitoplancton disminuye, los peces más grandes no tendrán alimento y los humanos tampoco tendrán recursos para pescar y alimentarse.