Redes de pesca abandonadas son una amenaza para la fauna

Las redes fantasmas son consideradas como los desechos marinos plásticos más perjudiciales para los animales y los ecosistemas.

Las redes fantasmas son consideradas como los desechos marinos plásticos más perjudiciales para los animales y los ecosistemas.

Las redes fantasmas son consideradas como los desechos marinos plásticos más perjudiciales para los animales y los ecosistemas. Foto: Cortesía Ian Dyball y Aqua Images / WWF

Los equipos de pesca abandonados, perdidos o desechados actualmente son parte de las principales amenazas para las especies marinas. Conocidas como “redes fantasmas”, estas pueden seguir atrapando peces durante años, mientras contaminan los océanos.

Un reciente estudio del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) demuestra que estas redes son los desechos marinos plásticos más perjudiciales para los animales que viven en estos ecosistemas. El 50% de las aves, el 66% de los mamíferos y el 100% de las tortugas que viven en los océanos han sido afectadas por estas artes de pesca en el mundo.

Los especialistas estiman que los artefactos abandonados son una amenaza directa para más de 557 especies marinas. Estos pueden seguir atrapando a tiburones durante décadas y su degradación puede tomar más de 100 años. Dañan la vegetación, acumulan sedimentos y destruyen corales.

Según el informe, al menos el 10% de los desechos marinos corresponde a residuos de pesca. Esto significa que cada año ingresan entre 500 000 y un millón de toneladas de estos materiales al océano. Solo en Corea del Sur se pierden

38 525 toneladas de redes de enmalle anualmente. En el Gran Parche del Pacífico, el 46% de la basura que flota en el mar está compuesta por cabos, redes y cuerdas de la pesca y del transporte marítimo.

Roberto Troya, director Regional de WWF para América Latina y el Caribe, dice que, con una población mundial en aumento, habrá mayor demanda de recursos marinos. Esto, a su vez, implica un incremento en el uso de redes pesqueras, por lo que se debe evitar que estas se sigan acumulando en los océanos. Por ahora, casi la mitad de habitantes del planeta depende del pescado como fuente principal de proteínas.

Un reciente estudio, citado en el informe de WWF, revela que actualmente el 5,7% de todas las redes de pesca, el 8,6% de las trampas y nasas, y el 29% de las líneas de pesca son abandonadas, se pierden o se desechan en el planeta. Esto no solo representa un peligro para la biodiversidad, sino que genera pérdidas económicas y afecta a la salud de las personas.

Las investigaciones demuestran que el 90% de las especies capturadas por las redes fantasmas tiene un valor comercial. Por otro lado, los artefactos contienen polímeros y materiales contaminantes que son nocivos para la salud. Estos pueden ingresar al organismo de los humanos al consumir peces que en algún momento estuvieron en contacto con las artes de pesca abandonadas.

En el Ecuador, el consorcio Tunacons está desarrollando un proyecto de mejoramiento pesquero con el acompañamiento de WWF-Ecuador. Este contempla el reemplazo de los tradicionales plantados o dispositivos agregadores de peces. La idea es que estos sean construidos con materiales biodegradables. Los resultados preliminares son alentadores, ya que la fibra natural, como el abacá, ha demostrado ser durable y útil para la pesca.

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