Las investigaciones se iniciaron en el año 2012 e incluyeron varias visitas a esta zona. Foto: Cortesía Brian Doyle/ inabio
Plantas para aliviar el dolor de cabeza, cicatrizar heridas o detener hemorragias son parte de la diversidad de flora que se puede encontrar en la comunidad de San José de Payamino. Sus habitantes han decidido compartir sus conocimientos en un libro publicado este mes.
La guía de plantas medicinales de esta comunidad kichwa es el resultado del trabajo conjunto entre los investigadores de Alma College, en Estados Unidos, y el Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio). Ellos decidieron incluir a los comuneros como autores de esta publicación científica.
En esta se detalla los nombres, usos, formas de preparación y las imágenes de 87 de las 120 especies de plantas medicinales encontradas en esta zona de Loreto, en Orellana. Diana Fernández, coautora del estudio e investigadora agregada en el Herbario Nacional QCNE del Inabio, explica que este libro es producto de una investigación, liderada por Brian Doyle, que les tomó alrededor de ocho años.
Durante este tiempo, los investigadores realizaron varios viajes a la comunidad. Exploraron senderos, ríos y chacras para ubicar a las plantas, registrar su ubicación y tomar fotografías. Después se llevaron a cabo reuniones con la comunidad para socializar lo hallado en los recorridos y compartir los saberes ancestrales.
Fernández dice que utilizaron una “metodología integrativa” para involucrar no solo a las personas mayores, como se acostumbra en este tipo de investigaciones, sino a toda la comunidad. Al incluirlos como autores del estudio, dice la investigadora, se reconoce de alguna forma que ellos son los poseedores de estos conocimientos.
La idea de este trabajo es que se convierta también en una guía didáctica que pueda ser utilizada por los niños en la escuela de Payamino. Esto ayudaría a que las nuevas generaciones puedan continuar con el legado de sus ancestros y no se pierda el conocimiento sobre las propiedades curativas de estas plantas.
Las especies descritas en este libro pueden ser utilizadas para distintas dolencias. Un grupo está dirigido para problemas de la piel, mientras que otras son indicadas para cicatrizar heridas. Este tipo de lesiones son comunes en los habitantes de esta zona por el uso frecuente del machete. También hay plantas para dolores de cabeza, estómago y articulaciones.
Además de la falta de transmisión de saberes entre generaciones, otra de las preocupaciones de los investigadores es que las especies desaparezcan por la deforestación. Fernández explica que la Amazonía es vulnerable a actividades como la extracción ilegal de madera. Esto se potencia con la construcción de carreteras, que facilitan el ingreso de personas ajenas a la comunidad.