En la zona de Tumbaco hay un sinnúmero de espacios agrícolas. Los barrios rurales, como La Tolita, no tienen servicio de alcantarillado.
Los moradores contaron este 11 de abril de 2023 que, en su mayoría, utilizan letrinas o pozos sépticos para disponer los desechos. Allí también terminan las aguas grises de los hogares. Aunque hay cultivos, falta un sistema de riego. Por lo que varias familias optan por reusar el agua de la ducha, lavabos y demás para regar las plantas.
De acuerdo con María Morales, moradora del sitio, no es un sistema muy eficiente. El pozo séptico se tiene que vaciar cada tres o cuatro meses y en unos 10 años se debe cerrar y construir uno nuevo. El costo asciende a USD 400 por 23 metros. Eso sirve para su familia y las aguas terminan en la quebrada.
Para solucionar este problema en el sector, y llegar a otros, Paúl Núñez inició la construcción de un sistema circular. Él pertenece a Kpuli Voltando Terra, una iniciativa que busca la solución a los problemas de la ruralidad.
Con neumáticos usados más una capa de ripio, tierra y otros materiales de construcción se construyó el primer sistema de tratamiento de aguas residuales. Los 80 metros de construcción atienden a 25 personas de cuatro familias con una inversión de USD 2 500.
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En este se filtran las aguas grises y negras para prevenir que el material biológico llegue a fuentes hídricas. Así tampoco los desechos terminarán en las quebradas.
El joven ganó el primer lugar de un concurso impulsado por Seginus. La competencia apoya el reciclaje de llantas. Fueron USD 10 000 de premio más la asesoría para ejecutar el proyecto. Ahora busca construir uno similar en otros cuatro puntos de Tumbaco.
Así funciona
1. Las llantas se colocan bajo tierra para captar las aguas residuales.
2. Encima se añade una capa de biofiltros que tratará el agua, a través de un proceso aeróbico, y transformará los contaminantes en nutrientes para el terreno.
3. En ese espacio se puede sembrar con resultados favorables gracias a la cantidad de nutrientes.
4. No hay indicadores de toxicidad en los frutos por lo que es seguro, siempre que no sean tubérculos.
El sistema tiene una vida útil de 25 a 30 años. En ese tiempo se puede limpiar el material sólido y reutilizar la cámara de captación.
Para Núñez es una solución para tratar las aguas residuales. Un problema que asegura en la zona rural solo se soluciona en el 3% del total.
Según datos de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps), en Quito solo el 3,5% de aguas contaminadas son tratadas. Y serían necesarias al menos 22 plantas, adicionales a las siete que funcionan, para dejar de contaminar los ríos.
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