Yorsi Vera es pescador desde los 14 años de edad. Recuerda que a finales de los 80, cuando las faenas de pesca eran más tranquilas, no había tanta inseguridad y el mar era más limpio.
Hoy, más de 30 años después, la situación ha cambiado. Hay basura por doquier y cuando los trabajadores del mar salen en sus faenas diarias, no saben si regresarán, pues los piratas acechan.
El problema de la contaminación en el océano es palpable para todos los pescadores que, a menudo, encuentran plásticos y cabos de pesca abandonados.
“Esta clase de basura no nos deja trabajar y nos daña las herramientas; se enreda en las redes y a veces en las hélices del motor”, comenta Vera, quien es presidente de la Cooperativa Hijos del Mar, que agrupa a 46 pescadores del cantón General Villamil (Playas), en la provincia de Guayas.
Según el dirigente, la basura también ocasiona la disminución en el número de peces, ya que las especies se alejan de los sitios de pesca. Además, muchos mueren al comer los residuos.
Por eso, los pescadores de Playas se unieron a la Primera Competencia de pesca de basura, realizada en el cantón, el domingo 10 de julio de 2022. En esta iniciativa, organizada por el Colectivo Cabos, con la colaboración de la Fundación Mingas por el Mar y la Universidad Casa Grande, fueron recolectadas 2,3 toneladas de basura, incluidas 1,5 toneladas de cabos de pesca.
Compromiso por la limpieza
En el evento participaron las cinco cooperativas de pescadores de General Villamil: Las Balsas, Hijos del Mar, San Pedro, Asociación Villamil y Punta Chopoya. Intervinieron cerca de 120 personas en unas 20 lanchas. Además, también hubo gente recogiendo basura en tierra, a lo largo de la vía a Data.
Los ganadores fueron la cooperativa Punta Chopoya, con 756 kilos de residuos recolectados. El segundo lugar fue para Las Balsas, con 590,40 kilos; y en tercer puesto, Hijos por el mar, con 481,70 kilos. Recibieron USD 700, USD 500 y USD 300, respectivamente.
Las cooperativas agrupan, aproximadamente, a 500 pescadores del cantón. Y todos están comprometidos con la limpieza de las playas y del mar, que es el que los provee de su sustento diario.
“Somos conscientes de que los peces se están extinguiendo debido a la basura. Cada día que vamos a faena estamos trayendo menos que antes”. Así lo afirma Mauricio Lucín, presidente de la cooperativa Las Balsas, que reúne a 67 trabajadores del mar y a la que él pertenece hace 25 años.
Lucín se inició a los 11 años como pescador, cuando su padre le enseñó el oficio en balsa. “La basura nos afecta cuando vamos en lancha; los cabos dañan los motores cuando nos dirigimos al sitio de pesca. Y los peces se ausentan porque hay demasiados residuos”, asegura el dirigente.
Los pescadores deben llegar cada vez más lejos para encontrar los peces. Según Yorsi Vera, antes se adentraban 8 millas en el mar durante sus faenas. Pero ahora llegan al Canal de Jambelí, a unas 28 o 30 millas, en un viaje de dos horas.
En este trayecto rondan los piratas. “Hemos perdido embarcaciones y vidas. Necesitamos resguardo en el mar”, señala el dirigente, mientras recoge un enorme cabo de pesca semienterrado en una playa en el kilómetro 9 de la vía a Data. Este fue uno de los puntos designados para la recolección de desechos en tierra, durante la Competencia de pesca de basura
El propio alcalde de Playas, Dany Mite, reconoció la problemática que generan los residuos. “Sabemos el descuido de los humanos, que perjudican el océano. Hay basura en nuestro mar, hay botellas plásticas, hay cabos sueltos, hay un sinnúmero de suciedad”.
Por ello, cree que el evento de pesca de basura debe realizarse a escala nacional, al menos dos veces al año. “En los meses más fuertes del covid-19 no hubo actividad en el mar y aparecieron especies no vistas hacía tiempo. Eso comprueba que debemos darle espacio y tranquilidad a nuestro mar”, señaló el burgomaestre.