De trabajar la tierra en el Carchi, María Maldonado pasó al servicio doméstico en Quito, hace 18 años. Las historias de migración interna son recurrentes entre las personas que se dedican a este oficio.
Las trabajadoras domésticas tienen derechos laborales que los empleadores deben cumplir si no quieren ser sujetos de multas y sanciones por parte del Ministerio de Trabajo y el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
Las manos de Lenny Quiroz, de Babahoyo, dejan ver lo pesado de su oficio: al tocarlas se sienten ásperas y sus uñas lucen partidas y amarillas. Desde los 18, hoy tiene 54 años, se ha dedicado al trabajo doméstico remunerado.
De los 18 millones de trabajadores domésticos de América Latina, el 77,5% trabaja "en la informalidad, en jornadas extenuantes, sin seguro social y con salarios muy bajos", según datos difundidos hoy, 11 de julio del 2016, por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El 90% de los 67 millones de trabajadores domésticos en el mundo están excluidos de cualquier tipo de cobertura de seguridad social, con la mayoría de esta categoría de empleados concentrados en Latinoamérica y Asia.
Washington Paspuel. Redactor (I) Casi la mitad de las trabajadoras domésticas de Guayaquil todavía carecen de una cobertura de seguridad social; y de las que sí están cubiertas, el 70% no percibe una remuneración adicional por trabajar horas extras.
Los cambios propuestos sobre el trabajo doméstico dentro del proyecto de Ley de Defensa de los Trabajadores son catalogados por los trabajadores del sector como un triunfo en materia de derechos laborales.