Diablo Huma Rock es una banda de metal andino que busca llevar una propuesta diferente a la escena musical fusionando folclore con rock y danzas tradicionales latinoamericanas.
El quechua, la lengua indígena más hablada de América, se reivindica en Perú a ritmo de los géneros musicales más modernos y vigentes como el rock, el blues, el pop, el rap e incluso el trap, para derribar la barrera de la discriminación que todavía implica utilizar el idioma de los incas en su propia tierra.
Chopin Thermes no ha perdido la capacidad de sorprenderse de los ritmos del mundo. Nacido en Francia, este etnomusicológo echó raíces hace 46 años en Ibarra, provincia de Imbabura, por amor a una mujer y la belleza del Ecuador.
El sonido introductorio del bajo delata la canción: Billie Jean, de Michael Jackson. Pero el rasqueteo de un güiro le cambia el ritmo. Los tambores y trombones anuncian que lo que viene es salsa. La audiencia enloquece. Es el 34 Festival de Jazz de La Habana.
Los movimientos del corazón se asemejan al compás del ritmo del yumbo, considera Blanca Farinango, estudiante del Instituto Tecnológico Superior Luis Ulpiano de La Torre, de Cotacachi, Imbabura.
‘Muskupay Muyu’ o Préstame tu sueño es el título del primer disco compacto de Tamya Morán. La artista, oriunda de la comuna kichwa Topo Grande, en Cotacachi (Imbabura), empezó a trabajar en este proyecto hace tres años.
El grupo Herencia Ecuatoriana de Danza Indígena (HEDI) cuando sale al escenario con sus trajes coloridos representando a los pueblos andinos de Tungurahua, Cotopaxi, Imbabura, Pichincha o Cañar el público los aplaude.
La agrupación colombiana Monsieur Periné presenta hoy, 18 de mayo del 2018, su nuevo álbum, 'Encanto Tropical', el resultado de un viaje por distintos paisajes y ritmos en los que experimentan con la música e innovan en un oasis que produce sensaciones de libertad.
La flauta, el pingullo, el bombo, el redoblante, la bocina y el churo ahora se fusionaron con la guitarra, la batería, el violín y otros instrumentos musicales para estilizar los ritmos autóctonos como sanjuanito, albazo y fandango.
Ante la falta de espacios y de escenarios para interpretar la música andina, la agrupación ecuatoriana Kjiwa decidió crear el Festival AndesFest, para que esté dedicado específicamente a los ritmos y a las danzas de la zona andina del continente.
Cada año, un mes antes de la Fiesta de Sol, Segundo Bautista Siza, de 75 años, afina su bandolín con el que alegrará la danza del Pueblo Natabuela.
A diferencia de otros grupos de música folclórica de Riobamba, Inti Wasi no incluye canciones bolivianas en su repertorio. Ellos entonan ritmos como cachullapis, saltashpas, capishcas y sanjuanitos, arreglados y estilizados.
Los sonidos tradicionales, provenientes de las diferentes regiones del país, regresan renovados, con toques contemporáneos y con estilos juveniles.Así es como una variedad de artistas ecuatorianos dan identidad, no solo a su estilo propio, sino a la música nacional, dotándola de un mayor alcance entre las nuevas generaciones y en el público del exterior.
Los sonidos de flautas, bajos, trompetas, violines, saxofones, guitarras, baterías, piano entre otros instrumentos musicales inundan en salón de la ciudad en la zona urbana del cantón Jaramijó, en el centro de Manabí. Ese lugar antes exclusivo para programas de orden político y reuniones de la comunidad, es desde el 2007 el sitio donde se respira cultura y arte.
El reguetonero puertorriqueño Ken-Y perfila los últimos detalles de su primer disco como solista, 'The King of Romance', luego de separarse de su compañero de dúo Rakim, con quien llevó su contagioso ritmo por todo el mundo durante una década.
El kichwa, castellano y japonés se plasma en una de las canciones de Juyanis Band. Su tema Nari Tai (Llegar a Ser, en japonés) está entre los seis melodías del último disco titulado 'La vida es todo', que fue grabado una parte en Ecuador y otra en Japón.
Para un músico puertorriqueño o cubano la sincronización de la clave en una salsa es algo orgánico, pero un ecuatoriano que comience a experimentar con el género musical puede enfrentar problemas. El percusionista guayaquileño Javier León Adrian analiza en un curso esa célula rítmica, de raíces africanas.