La música nacional se renueva con las fusiones de ritmos

Karina Clavijo y Mateo Kingman reavivan lo nacional. Ellos son algunos de los artistas que apuestan por las mezclas con géneros andinos, afros y amazónicos. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO.

Los sonidos tradicionales, provenientes de las diferentes regiones del país, regresan renovados, con toques contemporáneos y con estilos juveniles.Así es como una variedad de artistas ecuatorianos dan identidad, no solo a su estilo propio, sino a la música nacional, dotándola de un mayor alcance entre las nuevas generaciones y en el público del exterior.
Ese es el caso del artista quiteño Mateo Kingman, quien después de haber vivido por 16 años en Macas, alcanzó un amplio conocimiento acerca de los sonidos y de los ritmos propios de la Amazonía ecuatoriana.
La cultura shuar, con la que tuvo mucho acercamiento, tiene un importante espacio en su nuevo material discográfico titulado ‘Respira’, en el que Kingman incluye sonidos pregrabados de instrumentos musicales y de la naturaleza, que trasladan al oyente a ese ambiente amazónico y natural.
Kingman utiliza, además, rasgados de guitarras acústicas y su tenue voz, que describe paisajes y situaciones de la Amazonía, como es el caso del sencillo Lluvia, que está acompañado por sonidos naturales.
La marimba, el cununo, el bombo y el guasá suenan con la poesía esmeraldeña de la cantante Karina Clavijo a quien,
pese a que nació en Quito, su abuela y su padre esmeraldeños le enseñaron a bailar desde muy niña al son de las marimbas. Esta artista de voz vibrante presentó su nuevo trabajo discográfico, ‘Epicentro’, que incluye arreglos de saxofón, bajo y flauta traversa, pero manteniendo el estilo afro en los ritmos bailables y en las composiciones.
La música electrónica ha transformado a grandes hitos de la música tradicional en canciones modernas y renovadas. Así es como trabaja Andes Music Machine, un nuevo proyecto que fusiona al DJ quiteño Marco Pinteiro y a la reconocida banda andina Samy, proveniente de Peguche (Otavalo).
El resultado es la grabación de canciones, como la que da vida a la celebración del popular Inti Raymi de Cotacachi, pero con golpes electrónicos y con toques de funk, además de los temas andinos y los sanjuanitos propios de Samy, que incluyen los sonidos de zampoñas, quenas, charangos y mandolinas.
El compositor Nicola Cruz también fusiona lo tradicional: el folclor y los ritmos andinos, con música electrónica, en su propuesta discográfica ‘Prender el alma’, de donde se desprende uno de sus temas más representativos, llamado La cosecha.
Con este trabajo, el músico ecuatoriano está de gira por países de Europa, como Portugal, España y Francia, para promocionar su música ecuatoriana en una versión mundial y juvenil.
El género del metal también tiene su espacio en las fusiones con su referente: la banda Curare, que mezcla lo más poderoso del metal de las guitarras, bajos y baterías con rondadores y charangos que dan el toque andino.