anegrete@elcomercio.org Los dilemas e incertidumbres que se precipitaron sobre el Ecuador superaron los ámbitos gubernamentales y afectaron a toda la sociedad; por eso, para evitar equívocos, es necesario advertir que los costos del derroche de los “revolucionarios verdes”, al final, los pagará el pueblo. En consecuencia, los catastróficos delitos económicos, no solo tenían que ser castigados, sino advertidos desde el principio del actual gobierno porque sus efectos fiscales, económicos y financieros iban a requerir de urgentes y duras soluciones. Superado el paro y la movilización indígena -excluidos los golpistas y los vandálicos- es necesario acordar una salida. El diagnóstico inicial era deprimente y negativo: no a la subida del IVA; no al alza de los combustibles; no a los 404 artículos de la “fanesca” que envió el Ejecutivo para que se atoren todas las bancadas; no a los reajustes -desempleos de los servidores públicos- y solo faltaba que se añada no al pago del endeudamiento púb
anegrete@elcomercio.org A pocos meses de las elecciones regionales en el Ecuador, se evidencia que este proceso se ha desfigurado por dos razones: convertirse en un elemento preliminar de las elecciones presidenciales del 2021 y, luego, ratificar que el desorden político local está vinculado a un efecto de absorción que se ha desarrollado en el ejercicio del poder del Estado. Se puede llamar, “presidencialismo reforzado” “ hiper presidencialismo” o está de moda, una dictadura populista que solo requiere de la audacia de un líder, la adhesión del pueblo y la libre disposición de recursos. En el primer caso, las circunscripciones locales o regionales se han devaluado al extremo que imitan a los ritos imperiales, donde ante el deceso del monarca, exclamaban: “muerto el rey, viva el rey”. En el Ecuador, luego de la “década” parece que se define un proceso por la búsqueda de un sucesor parecido. Por lo tanto, en una república que inicialmente fue modelada como democrática, las alcaldías y l
Hay que apelar al beneficio de la duda sobre la mayoría de la oposición parlamentaria y afirmar que son maquiavélicos, descendientes de Richelieu o producto de un desliz de Bismark. Esto es preferible a considerar que se los identifique como parte de una torpeza política colectiva, de bochorno, o acostumbrados a una sistemática “metida de pata”.
El pueblo convocado a los comicios debe saber que elegirá a partes y no a un todo. Seguirá el dictado de sus impulsos ideológicos, políticos y hasta quemeimportistas; por ende, debe esperar un escenario donde diversos compartan dificultades, pugnas y también soluciones o acuerdos. Es la naturaleza de una sociedad democrática que tiene el deber de conducir al Estado en medio de sobresaltos como también espacios de plenitud institucional y no estallar el navío ante los peñascos.
Muchos artículos, revistas y libros se publicarán tratando de explicar las causas que permitieron al republicano Donald Trump ascender a la presidencia de los EE.UU. de América. Es muy pronto para que las miradas se dirijan hacia el futuro inmediato, porque faltan elementos de análisis más allá de la vocinglería de campaña .Las principales inquietudes giran sobre el equipo gobernante, la primeras decisiones que vislumbren el rumbo y si existe, como en la época de Nixon, un Henry Kissinger escondido para diagramar y aplicar una estrategia en una de las etapas más complejas del mapamundi: Rusia, China, Oriente Medio, Corea del Norte y el destino de la Unión Europea.
De las páginas de la mitología se puede extraer el capítulo del suplicio de Tántalo para comprender, mediante un ejercicio comparativo, lo que significa la Vicepresidencia de la República en el Ecuador. Es un cargo, que, como el símil, está cerca de todo y no puede disfrutar de nada. Es el principal funcionario de relevo que tiene el Estado y solo es útil cuando la naturaleza elimina al presidente, renuncia o ha sido destituido por un juicio político. Es ese instante cesa el suplicio y accede directamente al poder.
Las primeras informaciones solo encendían la magnitud del resultado y lo desfiguraban. Sorpresivamente, el No en el plebiscito triunfaba y negaba la aprobación del acuerdo por la paz entre el gobierno colombiano y las Farc.
Alguna explicación debe existir, pues no es posible que las estrategias y tácticas de los movimientos o partidos de oposición coincidan en realizar las actividades menos aconsejadas o indicadas para conseguir el triunfo electoral de sus contratistas.
Además, de las penurias que sufre el pueblo venezolano, tres circunstancias se añadieron a su mala suerte: la ineficaz vigencia de la Carta Democrática Interamericana; la acusación del presidente Maduro contra el secretario general de la OEA, Luis Almagro, y la poco feliz respuesta del agredido, que no supo torear la embestida del miura venezolano.
Aunque deslumbrados por el extraordinario triunfo de la Mesa de la Unidad Democrática de Venezuela, es la oportunidad - a pesar de la desazón del momento actual- de recordar que tuvimos algunas experiencias de concertaciones políticas. Sin embargo, ayuda repasar referencias históricas de la experiencia nacional y conceptuales de la Ciencia Política. Este propósito es indispensable; no para los soberbios actores políticos, sino principalmente para los ciudadanos comunes.
Con motivo de la finalización del año 2015, Diario EL COMERCIO invitó a sus columnistas y personal periodístico de planta a un debate sobre los contenidos de opinión en las páginas editoriales.
A veces molesta recurrir al talento y a la creatividad novelesca de Gabriel García Márquez para usar sus frases o partes de las mismas para describir una situación. En este caso se trata, no de una muerte anunciada, sino de una derrota política que se produciría para el régimen en el 2017. De una manera fatídica y derrotista se anuncia una derrota en las elecciones legislativas, a tal extremo, que junto al vaticinio se anuncian como mecanismos de defensa la denominada muerte cruzada y la daga renacentista -siempre bajo un mantel- que es la reelección indefinida.
Aunque el término puede estar sujeto a varias interpretaciones, desde lingüísticas hasta antropológicas, es usual que se lo aplique a procesos religiosos que implican la superposición o coexistencias de un culto sobre otro, sin que logre eliminarse el supuestamente derrotado. Existe una creencia superior y otra subyacente pero ambas vigentes.
El 17 de diciembre en Cuba se celebra el día de San Lázaro. Fue un misionero católico que es venerado desde los tiempos de la Colonia, pero también identificado por los africanos de origen yoruba como Babalú Ayé. Esta fecha adquirió en este año una significación política mundial al coincidir con la decisión de restablecer las relaciones diplomáticas por parte de Estados Unidos de América y la República de Cuba.
anegrete@elcomercio.org Por información de diario Expreso del 2 de octubre pasado, se conoció que el señor Presidente había suspendido el beneficio del Bono de Eficiencia a funcionarios del sector público; aunque sorprendió que esos altos burócratas del Gobierno y del Estado hayan recibido una bonificación adicional por el valor de USD 7 000.
Aunque no se puede hablar de casos paralelos, se asemejan las dos situaciones en su lucha y resistencia frente al poder político, incluso con un logo idéntico.
Es indispensable que por cadena nacional o cualquiera de los otros variados medios de que disponen, el Gobierno reelegible informe sobre dónde está el monstruo que lo acosa respecto a las próximas elecciones. Es un proceso frente al cual el líder tiene todo para asegurar una victoria personal casi sin adversarios, salvo que considere como a tales a quienes en la Edad Media eran conocidos como bufones. Se desconoce la causa de tanto temor para llegar a extremos de limitar la labor informativa o de opinión de los medios durante el proceso electoral, utilizar métodos electorales diferentes para la asignación de los escaños y otras artimañas que contiene el burlonamente llamado “Código de la Democracia”.