Imagen referencial. Ecuador autorizó la importación de la vacuna de la farmacéutica estadounidense Pfizer y su socio alemán BioNtech. Su llegada se concretaría en enero del 2021, serán 50 000 dosis. Foto: REUTERS
Ecuador dio uno de los primeros pasos para arrancar con la inmunización contra el coronavirus. Es decir, autorizó la importación de la vacuna de la farmacéutica estadounidense Pfizer y su socio alemán BioNtech. Su llegada se concretaría en enero del 2021, serán 50 000 dosis. El resto arribaría a partir de marzo.
Por ello, en el país ya se habla sobre cómo será el manejo del producto cuando esté en el país (trazabilidad) y, por ende, cómo será el seguimiento a las personas vacunadas (farmacovigilancia).
EL COMERCIO conversó con Enrique Terán, experto en Farmacología y docente universitario, la mañana de este jueves 17 de diciembre del 2020. Él explicó algunas diferencias entre estos dos términos.
Sobre la trazabilidad
Todo producto biológico –fármacos o vacunas– debe tener un monitoreo constante o un sistema de trazabilidad. Su objetivo es garantizar la seguridad con la que se transportan las dosis o el mantenimiento de la temperatura, en especial, de la candidata de Pfizer que debe permanecer a menos de 70 grados centígrados.
“Cuando lleguen las dosis, las autoridades ecuatorianas deberán garantizar esos aspectos, ya que la empresa lo hará hasta su arribo a Ecuador”, señala Terán.
Para ello, dice, se debe colocar un ‘tag’, GPS o un dispositivo para medir la temperatura, por ejemplo; más aún en los centros de acopio y, posteriormente, en los vacunatorios.
“En cada caja vienen varios diales o frascos con una capacidad para inmunizar a cinco personas, por lo que también deben ser marcados, para ver qué tipo de líquido se colocó al ciudadano”.
El ministro de Salud Pública, Juan Carlos Zevallos, anunció que los frascos tendrán un código QR, para solventar la trazabilidad. Lo dijo en el marco de la presentación del Plan de Vacunación, el miércoles 16 de diciembre del 2020, en Quito.
Sobre la farmacovigilancia
Con este término se conoce al seguimiento que hacen las autoridades sanitarias a los pacientes que se han aplicado la fórmula contra el coronavirus. Esto debido a que pueden aparecer efectos adversos, como dolor en el sitio de la administración, fiebre, malestar general, desmayos, entre otras.
“Eso se registrará una vez que se utilice la vacuna, por lo que los equipos de farmacovigilancia deberán activarse para hacer este tipo de monitoreo”.
En Reino Unido -uno de los primeros en aplicar las dosis contra el covid-19– se estableció que cada ciudadano permanezca al menos una hora en observación para registrar los primeros síntomas. Luego se espera hacer seguimiento telefónico.
Acá -comentó- se lo haría por medio de la línea o del ‘call center’ 171 para informar este tipo de reacciones adversas.
Soumiya Suaminathan, científica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), expresó que la vigilancia debe hacerse al menos dos meses a los pacientes; aunque lo ideal serían seis (medio año).
“Hay interrogantes que quedan todavía sobre cuánto durará la protección que proveen, el impacto sobre la enfermedad severa en diferentes poblaciones como los adultos mayores, así como reacciones adversas después de ciertos periodos de tiempo; esperamos que los ensayos clínicos sigan recogiendo datos”, dijo en una nota publicada en noviembre en el portal web de las Naciones Unidas.