Las recetas que están en la web se vuelven cada vez más accesibles.
Un poco de nostalgia, calma y ganas de crear son algunas de las sensaciones que genera ver una videoreceta rápida, de esas que proliferan ahora en las redes sociales. Estas indicaciones para preparar platillos de todas partes del mundo permiten un acercamiento a la cocina, incluso para los más renuentes.
Hace menos de un año las recetas se podían encontrar tanto en los libros de cocina como en los programas culinarios y uno que otro blog gastronómico. Pero en julio del 2015, apareció el portal Tasty como una respuesta visual a esas recetas que a veces se quedan escondidas en la alacena. Así han proliferado más portales como Tastemade o Playground Food, entre otros, que en un formato rápido entre los 30 y 70 segundos preparan platillos sofisticados, caseros y, sobre todo, muy creativos.
Las producciones en video muestran la apariencia exacta de cada paso del proceso y del plato final, un detalle que faltaba en los libros de cocina, en los cuales la fotografía y el texto era la única referencia (muchas veces inexacta del plato, pues incluso se aplicaba maquillaje).
Las múltiples plataformas en las que se han viralizado los videos muestran un cambio en el consumo de los recetarios. Así lo afirma Santiago Pazos, director del proyecto de patrimonio cultural de las cocinas tradicionales y la hospitalidad en Quito, de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Pazos considera importantes a estos medios de difusión porque “la cocina es cultura viva, tiene que desarrollarse, no puede estacionarse”, sobre todo en una realidad donde “la cultura de la imagen y su paradigma no van a desaparecer”.
A través de las redes se crea comunidad culinaria. Iván Rodrigo, director de estudios de comunicación de la Facultad de comunicación de la Universidad de los Hemisferios, señala que la cocina siempre ha sido una experiencia que se comparte. En la Internet, señala, la preparación de platillos nuevos o tradicionales se ponen a consideración del público, se genera un debate, y se colaboran técnicas o trucos para facilitar la receta.
Video tomado de la cuenta de Facebook Tasty
Rodrigo señala que parte de la popularidad de este tipo de recetas es que, a diferencia de los libros, los videos no segmentan al público. El catedrático explica que antes se debatían las recetas de forma privada, en su círculo de amigos. Pero las recetas en el universo virtual permiten que cualquier persona lo vea y pueda, incluso, dar un valor agregado al plato. “Se crea un híbrido o fusión creativa, base de cocinas populares como la peruana”, dice.
Este beneficio de convertir a las recetas en productos accesibles para todos, sin embargo, elimina la autoría de platillos. “Cuando cierta comida patrimonial termina siendo borrada de su origen, se generan discusiones en el ámbito internacional”, añade Rodrigo.
La autoría de las recetas muchas veces ha sido intervenida por otros factores. Antes de la era digital ya se encontraba la influencia de autores gastronómicos en recetarios populares. Pazos señala, por ejemplo, el libro ecuatoriano ‘Manual de Cocina’ de Juan Pablo Sanz, cuya publicación data de 1850. A través de su investigación ha evidenciado el rol que tuvo el autor en recetarios hasta 1940.
Los libros para recetarios, según Rodrigo, han quedado como un recurso poco accesible. “Hay libros que resultan prácticamente prohibitivos por los altos costos, pero también hay recetarios famosos como ‘Cocinemos con Kristy’ que están en cada hogar”, enfatiza.
En el portal especializado Spooniversity, la periodista Ally Neumann señala que en los videos de comida juega la nostalgia. “Hacen que la gente se sienta niño y evoque sus platos favoritos. O que ya siendo adultos cocinen para los seres queridos”.
La popularidad responde a una actividad humana. Andrew Gauthier, productor ejecutivo de Buzzfeed Motion Pictures (creadores de Tasty), explica en entrevista a The Cut que lo que la gente hace en redes sociales es contactarse con amigos, familia, hacer planes y documentar experiencias. “La comida está conectada con todo esto, es algo que la gente naturalmente comparte”, apunta.