Plazas con toque gastronómico

La Platea ofrece una diversidad de platillos desde cocina peruana, arepas venezolanas hasta comida libanesa o japonesa y bebidas como cocteles con licores ecuatorianos. Foto: Vicente Costales/Sabores.

Las plazas gastronómicas ofrecen espacios amplios, a cielo abierto y una gran variedad de comida, a precios más asequibles. Un concepto en el que la ciudad y su aspecto urbano se conjuga con los emprendimientos culinarios para llegar a los comensales en distintos puntos de la ciudad.
Esta idea ha proliferado en la capital con 10 plazas gastronómicas activas y cuatro más que están por inaugurarse -La Plazita de Guápulo, San Pedro Park, Ilaló Plaza y Mantra Food Truck - entre diciembre y enero del 2017. Este fenómeno responde a dos momentos que vive la ciudad.
Andrés Acuña, propietario de Bunker Food Park, señala que uno de los motivos que lo impulsó a generar este parque culinario fue la irregularidad con la que trabajaban los ‘food trucks’. “Como no podían manejarse libres, queríamos un lugar tranquilo, con más opciones de comida”. Esto dio impulso a Bunker, que ya cuenta con dos plazas en el norte de la ciudad, donde ofrecen más de 20 estilos de cocina.
Otro detonante -dice Gabriel Crespo, socio de Central Container Plaza - ha sido el poder adquisitivo de la gente. “Hicimos un estudio de mercado y vimos que la gente no quiere dejar de salir pero quiere pagar menos. Somos una alternativa”. Por ello, asegura que se han enfocado en brindar platos que sean económicos y variados. Los costos, cuenta Crespo, oscilan entre los USD 3 y USD 10 por persona. Con un menú que ofrece comida rápida como hamburguesas y shawarmas o cocina internacional como tacos y sushi.
Una de las primeras plazas en abrir en la capital fue La Platea, en el sector de La Floresta, que abrió sus puertas en junio de este año. Con una decoración estilo urbana e industrial posicionaron un espacio para ‘food trucks’ y un ambiente juvenil para los comensales. Pablo Alomía, socio del local, cuenta que la idea se deriva de las terrazas que se manejan en España. Con auge en verano, los restaurantes españoles sacan sus mesas hacia la calle, terrazas o plazas. Se toman la ciudad para que el público disfrute del aire libre mientras degustan los platillos.
La ventaja de las plazas en Quito es que permiten -al igual que en un patio de comidas- que cada persona elija un menú distinto pero todos compartan una misma mesa. Crespo señala que además de la comida, en las plazas se generan espacios para eventos entre los que planean están música en vivo, DJ, shows de magia o de stand up comedy.
Ana María Valencia, socia de La Valenciana, señala que para dar vida a una plaza gastronómica es necesario conocer a fondo al público con el que se va a trabajar. Su local ubicado en Los Chillos -que abrirá el 3 de diciembre- responde a esta idea. Valencia cuenta que los comensales en el valle buscan un espacio más familiar, por lo que cuentan con áreas recreativas para niños, wifi y estacionamiento gratuitos y una propuesta culinaria que va desde las arepas y hamburguesas hasta áreas para disfrutar de cócteles o café.
Las plazas abren un camino más sencillo para los emprendedores gastronómicos, para quienes los costos de mantenimiento de un restaurante suelen frustrar las propuestas. En un espacio compartido con otros chefs, el comensal tiene más opciones y los gastrónomos pueden seguir innovando. Cada plaza tiene su particularidad, pero todas rescatan la ciudad y la cocina.