Cada cinco años tiene lugar en China la realización del Congreso del Partido Comunista. Estos cónclaves tienen gran relevancia ya que dan lugar a la incorporación de nuevos miembros en la cúpula de poder y, por otro, marcan la pauta de lo que se hará en los próximos cinco años en materia económica, política exterior, defensa, desarrollo urbano, infraestructura, política social, innovación y tecnología, entre otros.
En el caso de este XX Congreso, el cual se hará del 16 al 22 de octubre, se anuncia la ratificación por un tercer periodo de Xi Jinping como secretario general del Comité Central Partido Comunista, presidente de la Comisión Militar Central y presidente de China.
Después de Mao Zedong, Xi es el primer político que asume un tercer periodo presidencial, consolidando con ello aún más su poder y liderazgo. Esto se da tras una reforma constitucional aprobada en el 2018, la cual eliminó el límite de dos mandatos para ejercer como presidente.
A más de ello, se prevé la incorporación de nuevos miembros al Comité Central (300), la conformación de un nuevo Politburó (25) y del Comité Central. Dentro de ellos un puesto clave será la designación del sustituto del actual primer ministro, Li Keqiang.
La ratificación de Xi Jinping, más que un cambio, anuncia la continuidad de su proyecto conocido como el “sueño chino”. Que no es más que un conjunto de acciones estratégicas que buscan el “gran rejuvenecimiento de la China como nación” para convertirla en el 2049 (fecha de celebración del centenario de la fundación de la República Popular China) en una potencia global.
Para lograrlo, requerirán mantener altos niveles de crecimiento económico. De ahí que, a más de sustentar su economía en la industria, sus ojos estarán puestos en nuevos sectores y en una proyección estratégica global más amplia y sostenida.
En lo que respecta a América Latina, habrá que ver qué se acuerda en este Congreso y cómo podrían generarse nuevas oportunidades para los países de la región.