Terminales terrestres

Existen espacios que suelen convertirse en la cara oculta de las urbes a pesar de la importancia que tienen en el diario vivir de sus habitantes. Hablo de las terminales de buses, lugares vinculantes de cientos de personas que se mueven diariamente al trabajo, a intercambiar bienes o de turismo. ¿Cuántas terminales, me pregunto, ofrecen un servicio digno, seguro, y facilitan la vida del usuario? Me temo que la mayoría necesita ser rehabilitada o reestructurada. La de Manta es obsoleta y sucia; en otros lugares claves ni siquiera existen: Huaquillas, Zaruma, El Carmen, La Concordia. Es más, sería conveniente pensar en un sistema articulado de terminales que si bien contienen los elementos básicos, permiten diferenciarse de acuerdo con su posición territorial y a los elementos culturales que caracterizan a cada ciudad en particular. Hay terminales nuevas que no han atinado a resolver las funciones, que fue ron hechas como un relumbró n político, de materiales poco durables, como las de Riobamba o Bahía; la de Guayaquil, en cambio, es un modelo para el país.

Quiz ás lo más emergente es que las terminales sean reubicadas en lugares no céntricos de la ciudad de tal modo que el ingreso y egreso de grandes unidades de transporte no detenga ni obstruya el fluir de personas y automóviles. Complementario a esto, parece ser indispensable que todas las compañías de buses salgan de una solo terminal o subterminales. No puede ser que en Quito, por ejemplo, una compañía se encuentre en la Colón, en la Larrea y otras en Quitumbe. En Machala, por citar otro ejemplo, cada compañía llega a un lugar distinto. El Estado debe regular un sistema unificado in situ y virtual de expendio de pasajes, comunicación de horarios en grandes tableros, tipos de autobuses, servicios en cada terminal, entre otros aspectos.

Record emos que las personas que salen o entran de estos lugares están en una situación de vulnerabilidad en ocasiones extrema: cansados, hambrientos, much as veces muy cargados, van de prisa o están enfermos. La terminal debe ser un lugar seguro, amable, de fácil acceso a la información, bien servido. No parece ser descabellado el considerar la integración de farmacias, patios de comida, puntos de información de buses y turística, venta de prensa y revistas, espacios de wi-fi libre, lugares de consigna de bultos para quienes permanecen en el lugar unas pocas horas, buenos servicios higiénicos. Recordar que son el ingreso a ciudades y que las terminales –así como los aeropuertos son la puerta de entrada de cada lugar, que estos deben transmitir aspectos identitarios, ser atractivos lugares de información desde donde el turista opta por visitar tal o cual lugar y ponerse en contacto con sus pobladores, lugares o productos.

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