La honestidad es inseparable de la verdad. Debe exigírsela a todos los seres humanos. No es posible excluir a los gobernantes.
Hoy, 10 de Agosto, el Presidente Correa leerá su mensaje a la Nación, al cumplirse dos años del período de reelección.
Probable es que sólo diga lo que cree son sus logros, a casi cincuenta y cinco meses de poder cuasi absoluto por su control de las funciones y los organismos del Estado, sin precedentes en etapas pasadas de la vida republicana.
Y tiene derecho de hablar de las vías de comunicación, aun cuando haya habido sobreprecios en su contratación y costo final, y del crecimiento del gasto social, con importantes subsidios que además dan rédito político, y sobre todo en el presupuesto de la salud, pero quizás va a ocultar ineficiencias, dispendios y no transferencia de recursos.
Difícil que sea honesto para reconocer la corrupción en la contratación pública y el ejercicio totalitario del poder. Su abogado, en presencia del propio Correa, en audiencia de 19 de julio del 2011, equiparó su poder al de la Gerencia de todas las funciones del Estado, por eso la indemnización de USD 80 millones que reclama en el caso de El Universo, el uno por mil del acumulado de su estimado de cinco años de los presupuestos del Estado del 2007 al 2011.
¿Explicará el Presidente que con China se ha comprometido la producción petrolera del Ecuador, usándola como colateral de endeudamiento externo simulado en anticipos de pago de precio, de tal modo que hoy gasta el país elevados recursos supuestos de ingresar en el futuro, además pagando elevadas tasas de interés?
¿Nos contará Correa que en la macro contratación pública, se privilegia a contratistas con la modalidad que si el contratista debe pagar impuesto por su lucro, se eleva el valor del contrato en el respectivo monto? Coca Codo Sinclair, es uno de éstos, a más de incluir sobre costos y ajustes de precios prohibidos por la Ley.
En lo del 30-S nos contará la versión que le interesa le crean. Y dejará sin respuesta la pregunta ¿quién desde el poder del Estado ordenó actuar sin previo aviso y disparar en la operación del rescate del Presidente?
En lo sucedido ese día, una cosa es la insubordinación policial que hay que juzgar y sancionar, en lo que corresponda, y otra es lo de la noche, en que, dentro del mando constituido, al ejecutar la orden de rescate del Presidente Correa, se violó el Convenio de Ginebra porque no podía haber incursión armada en el Hospital civil de la Policía sin previo aviso para el retiro de cualquier fuerza beligerante, de haber sido esa la circunstancia.
¿Habrían habido las muertes de esa noche de haberse dado el previo aviso que ordena el derecho humanitario, mandatorio en ese Convenio?