Acaba de superarse un grave episodio de ingobernabilidad en Estados Unidos. La falta de acuerdo presupuestario en el Legislativo resultó en el cierre de los servicios públicos no esenciales, y además levantó el espectro que una vez alcanzado el tope de endeudamiento autorizado, lo que se venía en pocos días, Washington tendría que decidir qué dejaba de pagar: si la deuda pública, o lo servicios de seguridad social y afines.
Todavía no hay acuerdo presupuestario, pero la oposición republicana aceptó que se normalice el funcionamiento de la administración pública mientras se discute el presupuesto .
En nuestro país, se generó ansiedad respecto a cómo la parálisis nos podría afectar. El principal efecto hubiese sido que abortase el lento proceso de recuperación y que EE.UU. recayese en la crisis de fines de la década pasada.
Lo irónico, sin embargo, es que para el Ecuador, la recuperación de la economía mundial que se atisba podría traer más complicaciones que las que tuvo la crisis internacional.
Los precios de los productos primarios se recuperaron rápidamente del traspié que sufrieron al inicio de la crisis. En nuestro caso, el petróleo promedió sobre 96 dólares el barril en 2011, 2012 y lo que va de 2013.
Pero se perfila que en el nuevo orden internacional, China ya no va a poder acumular los gigantescos superávits comerciales que le permitían crecer al 10% anual. Ahora, su crecimiento será más hacia adentro, y el crecimiento de sus compras de minerales será menor. A su vez, el sostenido alto precio de éstos estimuló el desarrollo de nuevos yacimientos, con lo que creció la oferta. Ahora se estima que la presión sobre el precio del petróleo es que baje .
El segundo peligro es el tipo de cambio. En las pocas semanas que se trabó el Gobierno norteamericano, el dólar cayó. Pero la tendencia de mediano plazo es a que se aprecie junto a la recuperación económica. De hecho, ya están retornando a los EE.UU. capitales que por un par de años estuvieron invertidos en los mercados emergentes, entre ellos Brasil, Chile, Perú y Colombia.
Al fortalecerse el dólar ante estas monedas, nuestra producción perderá competitividad. Hemos tenido suerte: desde que dolarizamos, el dólar ha estado débil. A la Argentina, en cambio, cuando entró en la convertibilidad, el dólar se fortaleció, y eso contribuyó al problema de los rioplatenses. Tenemos que ser precavidos ante la posibilidad que se deprecien las monedas de nuestros vecinos .
Un tercer ángulo es que si los capitales están saliendo de los mercados emergentes es que tienen menos apetito por sus bonos. El Ecuador debió salir a principios de estos años a colocar bonos para reemplazar a los que vencen en 2015. Ahora el regreso a los mercados financieros será más difícil .