He leído información de El COMERCIO acerca de los posibles alcaldes de Quito. Para facilitar su interpretación, la he puesto en una tabla.
Deduzco que los candidatos no han tenido la posibilidad de meditar sobre lo que es una ciudad. Mi Diccionario Urbano (2009) incluye más de cincuenta definiciones. El abecé de la Teoría Urbana (2018) recoge las opiniones y propuestas de 113 autores desde principios del siglo XX.
Según la ONU dentro de 30 años, solamente uno de cada cuatro habitantes del planeta vivirá en el campo. El proceso de urbanización es peligrosamente ostensible en Ecuador.
Quito padece de “metástasis urbana”: su proceso de expansión es continuo y cada vez más intenso y extenso, como si fuera un tumor maligno. Ha esterilizado una enorme superficie de suelo productivo (Chillos, Turubamba), cubre las colinas eliminando los bosques, ocupa todo terreno disponible de forma irracional e incontrolada.
En 1988 Había 291 ocupaciones ilegales, actualmente superan las 500. El proceso genera un pernicioso círculo vicioso: ocupación ilegal por parte de futuros votantes, legalización a cargo de los políticos beneficiados con aquellos votos, precarización de la vivienda, reclamo de derechos, servicios e infraestructuras y vuelta a empezar con nuevas ocupaciones. En esta situación, la movilidad es cada vez más compleja y a la vez, con mayor demandada de eficacia. Los servicios se deterioran porque la economía sumergida no paga impuestos y su magnitud crece cada día. La venta ambulante ocupa todos los espacios públicos sin que las ordenanzas logren controlarla o detenerla.
Frente al deterioro, todas las protestas y peticiones se hacen apoyándose en los derechos: trabajo, educación, vivienda, salud, seguridad, transporte; mientras los deberes ocupan un enorme vacío, insonoro, inútil, de tiempos anteriores al asesinato del ciudadano por parte del consumidor, el único ser especialmente protegido.
Se reclama porque el servicio de basura no la recoge pero no se cumple con el deber de no tirarla en cualquier parte. Y así en todo.
Los candidatos desconocen los problemas. Directamente ofrecen soluciones obvias y hasta estrambóticas (Clínica veterinaria pública, Universidad Municipal): mayor seguridad, mejora de los servicios, sobre todo del transporte, pero nadie dice cómo, cuándo, dónde y con qué recursos humanos y financieros.
Y pensar que todos los candidatos acreditan sendos y hasta altos títulos universitarios, Sólo dos de ellos han pagado altos impuestos a la renta ( USD 363.912 y 96.127) y a las divisas, los demás poco o nada. Sin embargo todos han recibido sueldos del Estado, son políticos y algunos la ejercen como profesión. Quito merece más.
Columnista invitado