Si asumimos que el 48 % que votó por el no en la consulta popular constituye una masa de electores que se opone a la gestión del presidente Correa, podemos asimilar que estos ciudadanos desean otra alternativa democrática en enero del 2013. Visto así, quienes se oponen a la gestión de Correa deberían hacer lo necesario para promover un programa viable y una candidatura que dispute con éxito la Presidencia. Lamentablemente vemos a una oposición sin pilas, que no hace nada todavía al respecto.
La oposición no es solo la de la Asamblea Nacional, en donde, salvo destacadas excepciones, los asambleístas sobreponen sus apetitos personales a la construcción de una plataforma conjunta. La oposición es mucho más, es toda la gama de electores que esperan una alternativa creíble, seria, fuerte y capaz de disputar con buen éxito el poder al candidato Correa y su maquinaria oficial.
Entonces hay que construir ya un movimiento político de centro izquierda, pues la derecha presentará una candidatura autofinanciada con beneplácito del Gobierno. Tenemos que evitar el ejemplo de Perú, en donde los candidatos que llegaron a la segunda vuelta no fueron los mejores. Por eso hay que escoger bien al candidato, cuyo prestigio sea innegable y su palabra sea creída. Para ello hay que hacer un gran esfuerzo para superar las contradicciones que hay en el interior de las fuerzas opositoras, sintonizando también a la corriente de centro-izquierda, que está desilusionada con Correa.
Lo práctico e imperativo es la formación de un movimiento político alrededor de un programa serio y ecuánime, que constituya un mínimo común denominador, alrededor de un candidato ecuánime, considerando que la demanda electoral será hacia un personaje que termine con la turbulencia tumultuaria. El programa económico deberá a apuntar a la creación de empleo productivo con el concurso de la empresa privada, pues para el año trece ya no habrá más dinero para los subsidios no focalizados. Este eje del programa también contribuirá a disminuir la delincuencia.
Hay que inscribir a un movimiento político para participar en las elecciones, porque no puede ser que solo el PRE, el MPD y Alianza País sean los únicos que tengan oportunidad de intervenir en las elecciones presidenciales, porque ellos ya están inscritos. Todo esto se debe hacer oportunamente para clasificarse a la segunda vuelta y dirimir democráticamente quien gobernará hasta el año 2017. El movimiento debe ser incluyente y atender las principales cuestiones que afectan a la gente común en un ambiente de positivismo, de certidumbre y de honradez intelectual y moral. Debe ser visto como una alternativa real, que profundice los aspectos equitativos con honestidad y eficiencia. Entonces, a organizarse.