Burrada

En prosa vanidosa, triste, circula por la red una atrevida afirmación que es indispensable aclarar. Aquí, lo esencial de ese ‘manifiesto’:

“¿Presidente o presidenta? aprendamos bien el español déjense ya de incultura, desconocimiento u ocurrencia”.

“En español existen los participios activos como derivados verbales: por ejemplo, el participio activo de atacar, es atacante; el de sufrir, sufriente; el de cantar, cantante, etc. ¿Cuál es el participio activo del verbo ser?: ente. El que es, es el ente. Por esta razón, si nombramos a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se le agrega la terminación ‘ente’. A la persona que preside, se le dice presidente, no presidenta, Cristina de Kirchner es la actual presidente de Argentina. Dilma Rousseff ha recibido las felicitaciones del presidente García y su gobierno, como “presidenta electa”, por ignorancia de la gramática de la lengua española. Otro mal ejemplo sería la pacienta era una estudiante adolescenta sufrienta”... Y el final, pomposo y triunfalista: “¡Que mal suena ahora presidenta, ¿no? es siempre bueno aprender de qué y cómo estamos hablando”. Firma “v. molina licenciado en castellano y literatura”.

El texto completo es ideal como deber para que los estudiantes corrijan la puntuación, la redacción, la sabihondez con que exhorta a los lectores a aprender el español, además de los crasos errores que mostraré.

Para formar los participios activos, se emplean los sufijos -ante, para los verbos de infinitivo en -ar: amante, atacante; -iente, y a veces –ente para los verbos acabados en er o en ir: crujiente, aparente. Ser, de admitir la forma del participio activo, sería ‘ser-iente’ o s-ente. Pero ente, sustantivo mondo y lirondo proviene del latín ens, entis y significa ‘lo que es, existe o puede existir’. ‘Sujeto ridículo y extravagante’. ‘Entidad’.

Con claridad meridiana el maravilloso Diccionario crítico etimológico de Corominas muestra en el largo artículo dedicado al lema ‘sentar’, que presidente proviene de presidir y este, de praesidere, ‘estar sentado al frente’ y también ‘proteger’ (¡misterios del idioma!); y trae la siguiente lista: presidente, presidenta, presidencia, presidencial, etc., y hasta presidio ‘guarnición que se pone a una plaza’ y como a esta se enviaba a los castigados, ‘establecimiento penitenciario’. Presidenta no es invención de las feministas, las precede y preside…

Si lo afirmado por el escribidor sobre los participios activos se hubiese formulado como hipótesis, qué mejor: habría debido demostrar su verdad o falsedad, y todos contentos. Pero, además de equivocarse crasamente, se ve autorizado a inducir a los lectores a ‘aprender de qué estamos hablando”. Y es lastimoso también que en esto de la red haya quien propague sin reflexión previa, el adefesio, como si se tratara de la verdad más verdadera.

Aparentemente, el autor de este infundio es peruano de Perù, a cuyo hermoso recuerdo implora Vallejo desde Parìs: ‘Fue domingo en las claras orejas de mi burro / de mi burro peruano en el Perú (perdonen la tristeza)…

scordero@elcomercio.org

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