Con tanta popularidad del presidente Daniel Noboa no parece difícil que pueda aprovecharla para poner fin a los cortes de luz a largo plazo.
Aunque suene reiterativo, los resultados de la consulta popular y referendo del 21 de abril de 2024 ofrecen una gran oportunidad para sanear toda la podredumbre que rodea al sistema de generación eléctrica.
Con estos nuevos cortes de luz se conoce abiertamente la negligencia y abandono del parque termoeléctrico. Las plantas pasan años sin mantenimiento y cuando se las quiere usar -como en este momento- obviamente no se puede, porque están defectuosas.
Un caso patético es lo que pasa con la Central Termogas Machala. El mismo ministro de Energía, encargado, Roberto Luque, denunció las irregularidades.
Esa infraestructura tiene un potencial para 480 megavatios, pero actualmente solo se tiene una generación aproximada de 100 megavatios; es decir, apenas es un 25% de su operación.
Mientras eso pasa en las termoeléctricas o hidroeléctricas, desde mediados de abril, las zonas rurales tuvieron cortes de luz de más cuatro veces en el día o en las ciudades, de más de ocho horas diarias.
La producción hidroeléctrica cayó del 91% al 74%, por la sequía extendida en el Austro y la Amazonía. La energía térmica solo pasó de 16,3% al 23%. El ministro Luque detalló que el déficit o faltante de energía en Ecuador este abril del 2024 es de 1 000 megavatios de potencia.
Estas deficiencias evidencias que tampoco hay nuevas inversiones en la generación hidroeléctrica, porque los malos funcionarios torpedean todo. Y para agravar la situación, tenemos grandes hidroeléctricas, con problemas de generación y fallas en las turbinas, como en la Coca Codo Sinclar. Además, esta corre riesgos por la erosión del río Coca.
No es posible olvidarse y es necesario remarcar que el país cuenta con gas natural para explotar. Tenemos el gas del Golf, con el campo Amistad, que -si es bien manejado- proporcionaría combustible para el funcionamiento de las termoeléctricas.
La corrupción generaliza en el sector eléctrico no es un problema de este momento, pero sí es la oportunidad para que el presidente Noboa desmonte a las mafias de cuello blanco que tiene al país en la oscuridad.