Un país petrolero invierte en una gigantesca central hidroeléctrica para que sea su ancla energética, y en una nueva red de transmisión mucho más potente. Décadas después, ese país elige un gobierno populista, corrompido y pésimo administrador. El país, el titular lo delata, es Venezuela. Su crisis nos trae lecciones.
Guri fue la mayor hidroeléctrica del mundo, superada posteriormente por Itaupú. Cuenta con capacidad instalada de 10 GW en 14 turbinas. Desde 2010, la reducción del caudal de agua no ha permitido aprovechar esa capacidad. Bajo el populismo del siglo XXI, el máximo responsable del sector eléctrico es un inexperto ex general de la Guardia Nacional quien se describe como un “socialista, antiimperialista y radicalmente chavista”. Los profesionales y técnicos eléctricos migraron.
A Guri no le dieron mantenimiento. Los apagones son rutinarios. Cuatro de las diez turbinas están fuera de servicio. No se desbrozó la maleza que entró en contacto con la línea de 765 kv. Días atrás, la maleza se incendió y cortó la trasmisión. No hay personal técnico que contenga el daño a tiempo. El sistema eléctrico colapsó y el país entra en largo y masivo apagón. No hubo luz ni para hospitales. Sin luz no hubo agua. Sin internet, no había compras. Los billetes y cheques no sirven con inflación de 10 millones por ciento.
En Ecuador, se construyó Paute en los setenta. Hoy incluyendo Sopladora Paute tiene capacidad nominal de 1,8 GW. No hubo el desastre del chavismo, pero se permitió la sedimentación en Amaluza. Además, bajó el caudal de agua. No se construyó oportunamente la presa Mazar, de mayor embalse. Cayó la generación y sufrimos racionamientos por muchos años.
Se construyó una segunda ancla, Coca-Codo Sinclair (CCS) con capacidad de 1,6 GW. Pero el caudal de agua que la alimenta para aprovechar tanta capacidad está sobre dimensionado. El gobierno anterior desechó un proyecto alternativo de capacidad adecuada al flujo de agua, que hubiera costado la cuarta parte. Se construye también una red de transmisión más potente (500 kv) para llevar energía de CCS a todo el país. Pero una comunidad de Cotopaxi se opone al paso de la línea de transmisión y el proyecto está inconcluso.
La comunidad eléctrica y la opinión pública solían estar informadas del estado del sector eléctrico y sus perspectivas, gracias al Plan Maestro de Electrificación. El más reciente es el 2016-25 publicado hace 2½ años. Este gobierno prescinde de un Plan.
¿Cuál es el real estado del sector eléctrico? Debe haber transparencia. Tenemos una capacidad nominal instalada muy superior a la demanda, pero que hemos tenido que importar electricidad de Colombia. ¿Qué planes hay para enmendar las debilidades?
Que no haya apagones que nos cojan desprevenidos.
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